8 de Junio de 2014
Aida Acitores de la Cruz
Veinte personas están sentadas en torno a una gran mesa. Ninguna de ellas tiene trabajo, y ninguna ha sido ajena a la desmotivación, la rabia y el desánimo de saberse bien formado y capacitado para trabajar, pero no ser capaz de lograr un empleo. Todas tienen algo en común: han tomado la decisión de combatir la pasividad y la soledad que muy a menudo acompañan al paro y unir fuerzas para darle un nuevo rumbo a su trayectoria laboral en medio de esa tormenta que es el desempleo.
Esas veinte personas, que ahora navegan en un mismo barco, se agrupan en una innovadora estructura colaborativa llamada Lanzadera de Empleo y Emprendimiento Solidario, y que se está extendiendo con rapidez por toda la geografía nacional, tras probar su éxito en los primeros proyectos desarrollados en Cantabria y Palencia.
José María Pérez “Peridis”, el conocido viñetista y arquitecto defensor del Románico a través de la Fundación Santa María La Real, que preside, puso en marcha las primeras Lanzaderas de Empleo el pasado año en Cantabria y Aguilar de Campoo (Palencia), basándose en un espíritu colaborativo que ya había dado resultados en el pasado, a través de las Escuelas Taller que la Fundación puso en marcha a mediados de los ochenta y que posibilitaron la restauración de joyas arquitectónicas al tiempo que ofrecían una alternativa de integración sociolaboral.
Pero la crisis laboral de hoy tiene una importante diferencia respecto a las anteriores que empuja a la sociedad a buscar nuevos modelos: «Nunca había habido desempleados tan cualificados como los de ahora», reconoce “Peridis” siempre que acude a algún acto de presentación de los distintos proyectos.
Las Lanzaderas de Empleo, explica “Peridis”, se basan en el convencimiento de que eficiencia y proactividad no son sólo dos términos “de moda”, sino que «siempre han triunfado, y más ahora, cuando estamos llamados a actuar y a buscar nuevas fórmulas y alternativas, a sacar lo mejor de nosotros mismos para salir de la crisis, para pensar de forma creativa». La principal innovación del modelo de las Lanzaderas de Empleo y Emprendimiento Solidario es sencilla, pero muy eficaz: introduce una nueva concepción en la intervención social ante el desempleo poniendo el foco en los propios parados, quienes se convierten en «protagonistas de su propia empleabilidad», combatiendo el pesimismo y derrotismo a través de la cooperación y la ayuda mutua.
«Los desempleados interactúan en un marco novedoso, un contexto de confianza donde se comparten sensaciones, experiencias, información y formación, lo que mejora las posibilidades de búsqueda de empleo y el desarrollo de proyectos propios de autoempleo», explican desde las Lanzaderas. En este proceso, son guiados por un coach que dinamiza el grupo y le ayuda a sacar adelante su propio potencial, construyendo un clima de confianza a partir de técnicas como la inteligencia emocional, la comunicación y la creatividad.
Con ello, adquieren nuevos recursos para la búsqueda: desde técnicas de elaboración y presentación de currículos, hasta desarrollar mapas de empleabilidad, pasando por cómo afrontar las entrevistas, trabajar la marca personal o diferenciarse y posicionarse mejor en el mercado laboral. «El objetivo último es el de mejorar su empleabilidad desde una óptica que los sitúa en una posición activa, comprometida y solidaria ante los grandes retos que impone la situación actual».
15 LANZADERAS Y UN 60% DE INSERCIÓN
Esta semana daba comienzo la Tercera Lanzadera de Empleo de Aguilar de Campoo, consolidando un modelo que se ha extendido por toda la geografía nacional: tres Lanzaderas en la provincia de Palencia (Aguilar y Palencia); ocho en Cantabria (Santander, Torrelavega, Astillero, Castro Urdiales, Laredo, Piélagos, Los Corrales de Buelna y Camargo); dos en Madrid (Rivas Vaciamadrid y San Fernando de Henares); y una en Sevilla y Sant Boi de Llobregat (Barcelona). Todas ellas están promovidas por la Fundación Santa María La Real, en colaboración con organizaciones como los ayuntamientos y gobiernos locales, la obra social La Caixa o Acción Contra el Hambre, entre otras. Próximamente, comenzarán a funcionar la Lanzadera de Empleo de Carcaixent (Valencia) y en Logroño (La Rioja), y otras tantas que están aún en tramitación: «las expectativas son que a lo largo de los próximos meses pueda haber más de medio centenar de Lanzaderas funcionando por toda la geografía española», explica a Mundotrading Soraya de las Sías, coordinadora de la II Lanzadera de Aguilar y responsable de comunicación de esta iniciativa de la Fundación Santa María La Real.
El pasado año, las cinco Lanzaderas que funcionaron (una en Aguilar y cuatro en Cantabria) obtuvieron un resultado global de cerca del 60% de inserción. Este año todavía no hay estadísticas, puesto que los proyectos no han terminado, pero hay indicios de que los datos serán igualmente positivos. «En la II Lanzadera de Empleo de Aguilar, por ejemplo, se han registrado diez inserciones laborales desde el inicio de la misma en enero; un participante más ha continuado con estudios de I+D+i y un tercero, ha creado su propio negocio. Eso supone un 57% de inserción», subraya la coordinadora.
PERFIL DE LOS PARTICIPANTES
Los criterios de selección varían en función de las características de cada Lanzadera, pero tienen un punto en común: «se buscan integrantes proactivos, con iniciativa, con compromiso y valores; gente que, con independencia de nivel de formación y/o trayectoria laboral, se comprometa a participar en un proyecto en el que el trabajo en equipo, la iniciativa, el respeto, la solidaridad y la colaboración son valores fundamentales y esenciales», explica Soraya de Las Sías.
A lo largo del proceso, esos “buscadores activos de empleo” experimentan un cambio regenerador, una semilla necesaria para repoblar de optimismo la sociedad. «Como coordinadora, te puedo decir que hay un antes y un después en los chavales tras su paso por el programa. Su evolución es muy significante, no sólo avanzan a nivel profesional (donde han mejorado y reforzado sus habilidades y competencias para la búsqueda de empleo, especialmente en técnicas de comunicación y trabajo en equipo) sino también a nivel personal, tejiendo redes colaborativas entre ellos, mejorando la autoestima y la confianza en muchos casos», subraya.
Se convierten en un «gran equipo de jóvenes que ha recobrado la ilusión y que reúne más fuerza para salir al mercado laboral, para demostrar su valía profesional y alcanzar sus objetivos, ya sea encontrar empleo por cuenta ajena o poner en marcha su propio negocio».
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