Madrid, 30 jun (EFECOM).- La morosidad de los créditos concedidos por la banca no deja de crecer y en el caso de las hipotecas a particulares se ha disparado hasta marcar un nuevo récord histórico en el 6,3 % a finales de marzo, en tanto que la del sector inmobiliario supera aún el 37,8 % respecto al cierre de 2013.
Sólo en préstamos para la adquisición de vivienda, la banca tenía 36.214 millones morosos para una cartera de 576.173 millones, lo que supone una tasa de impago del 6,28 %.
Pero además, había 1.649 millones sin pagar de los 22.680 millones concedidos en hipotecas para la rehabilitación de viviendas, lo que equivale a una morosidad del 7,27 %.
Por su parte, la deuda de los promotores inmobiliarios con las entidades financieras españolas alcanzaba 171.230 millones en marzo, de los cuales 64.809 millones -el 37,85 %-, eran préstamos morosos, muy por encima del 29,56 % de un año antes, aunque ligeramente por debajo del 37,99 % del cierre de 2013.
Al igual que con las hipotecas, la cartera de préstamos al sector inmobiliario ha caído en los últimos meses, en mayor medida de lo que lo ha hecho los préstamos morosos.
En concreto, la deuda de los promotores con la banca ha caído más de un 16 % en el último año y se ha situado en niveles de diciembre de 2005, muy anteriores al estallido de la burbuja inmobiliaria, en tanto que los préstamos morosos han caído un 3,54 % en los tres primeros meses de 2014.
Sólo en el caso de la construcción, la morosidad es del 33 %, pues los préstamos morosos llegan a 19.270 millones para una cartera de 58.371 millones, ligeramente por debajo del 34,3 % del cierre de 2013.
Al margen de la construcción y la promoción inmobiliaria, los efectos de la crisis se dejan notar en otros actividades económicas y así, por ejemplo, en el caso de la hostelería los impagos superan el 21,24 %; en el comercio llegan al 15,2 %; en el resto de la industria, al 13,47 % y en la agricultura, al 13,1 %.
Otro factor determinante en la evolución de los créditos dudosos de la banca ha sido el proceso de refinanciación que el Banco de España estableció a finales de abril del pasado año.
Los criterios que desde entonces las entidades deben seguir para refinanciar, renovar, renegociar o reestructurar los créditos y deudas de sus clientes, contribuyeron a aflorar más morosidad, según reconocen los expertos.
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