Muchos titulares de información bursátil durante la semana pasada han sido «El Dow Jones consigue superar los 20.000 puntos». Desde luego es importante, ya no solo por lo mediático de esta cifra, como lo fueron los 10.000 en la burbuja tecnológica (y no va con segundas), sino por la confirmación de una tendencia alcista de las bolsas americanas, que dura ya desde marzo de 2009.
Los que habéis seguido de cerca mis publicaciones en esta plataforma ya sabéis que soy optimista en cuanto a las bolsas se refiere. Son cuatro los pilares en los que me baso para tener este sentimiento:
1.- Hay mucha liquidez en el mercado pendiente de invertirse, que aumentará exponencialmente en cuanto los inversores salgan de la renta fija para evitar pérdidas significativas. Seguramente serán los «grandes», mientras los pequeños les compren vía malos fondos de renta fija o incluso directamente en mercado secundario.
2.- A pesar de los máximos históricos en bolsas americanas, la confianza del inversor está baja. Es cierto que hubo un repunte hace algunas semanas, pero las dos últimas ha caído con fuerza. De hecho el último dato de la «AAII«, publicado el día 26, nos marca un 31,58% de alcistas cuando la media es del 38,50%. Aunque otros datos como la volatilidad o el ratio put/call están normalizados, tampoco marcan euforia, lo que sí que asustaría mucho.
3.- Los resultados empresariales siguen siendo buenos, ya lo fueron el trimestre pasado y éste también ha empezado con fuerza viendo los beneficios publicados por McDonal’s, Yahoo, Johnson & Johnson, Verizon, Boeing, Google (Alphabet), Microsoft o Intel por poner ejemplos de compañías de grandísima capitalización. Sin embargo entre las sorpresas negativas de compañías de este calibre encontramos muy pocas y con variaciones muy ligeras respecto a lo previsto (3M, Verizon, AT&T, Chevron y poco más).
4.- Ir contra la tendencia no es muy aconsejable, y actualmente es positiva. Este punto por sí mismo nos puede meter en una burbuja, pero precisamente los análisis de los factores anteriores y los soportes de los gráficos nos ayudan a evitarlas. Por contra en la burbuja de la renta fija no hay ningún argumento financiero que haga que estos precios sean razonables, y aún poniendo soportes, no tenemos herramientas gráficas tan fiables, ni es un mercado lo suficientemente líquido como para «salir por patas».
Soportes
Así, es útil mirar los soportes de los dos principales índices:
En el caso del S&P, los podríamos encontrar en sus anteriores máximos históricos en 2.190-2.200; 2.130 ó 2.000. Otra opción sería ir prolongado la directriz alcista que comenzó en 2008 o bien la media o de 200 sesiones (representada en verde «claro» en el gráfico), o bien la exponencial de 40 (en rojo en el gráfico) que en grandes tendencias pueden ayudar, aunque en el caso de la primera está todavía muy alejada.
El Nasdaq, por su parte, presenta una situación similar: su principal soporte sería su anterior máximo histórico (de la burbuja tecnológica) en 4.815–4.800 y el siguiente en 4.550, donde encontramos los máximos anuales consolidados entre 2015 y 2016. Al igual que el S&P; las medias y la directriz pueden ayudar, aunque están algo alejadas.
USA vs Europa
A poca gente se le escapa que las bolsas americanas están más caras (o menos baratas, depende del color con que se mire) que las europeas, y aún así hay quien manifiesta que una caída de la bolsa americana supondría lo mismo para las europeas.
En el anterior gráfico se puede observar como históricamente sí van correlacionados con algunas excepciones en los que una sube más que otra. De hecho, hasta 2009 los repuntes puntuales eran del EuroStoxx (línea roja) y siempre se cerraron los huecos más tarde. Actualmente la divergencia es a favor del S&P, por lo tanto, es lógico pensar que se vaya a cerrar dicho hueco, y por tanto la bolsa europea lo haga mejor que la americana.
Aquí se abren varias estrategias a medio-largo plazo: una es hacer un par EuroStoxx vs S&P, con lo que se «sacrifica» la subida de la bolsa americana, si la hubiera, aunque en caso de caer ambas se ganaría igualmente. Otras puede ser tener una cartera con sobreponderación de bolsa europea respecto a la americana (no hay que olvidar emergentes y Japón) de tal manera que ambas dan más beneficio, siendo más jugoso el de las bolsas europeas.
@luisgarcialanga
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