8 de Mayo de 2014
Eva Mosquera Rodríguez
- La entrada en vigor del Impuesto sobre Transacciones Financieras (ITF), comúnmente denominado Tasa Tobin, ya es casi una realidad para España, aunque los socios europeos que conforman el pacto de la Comisión han decidido retrasar su implantación un año más, hasta 2016.
- El tratado por ahora se respalda en un único acuerdo sobre la gravación de las acciones y los derivados sobre acciones, para una vez visto el impacto, ir dando pasos graduales con intención de reducir al mínimo sus efectos distorsionadores.
Según Bruselas, el nuevo impuesto podría recaudar unos 35.000 millones de euros al año, aunque los ingresos no serán tan elevados inicialmente por ser el pacto más limitado que la propuesta inicial de la Comisión.
La mayor parte de la industria financiera se ha colocado en contra de este gravamen, desde bancos a compañías que gestionan las bolsas europeas. El sector advierte que los impuestos de carácter similar implantados en Francia e Italia han recaudado menos de lo esperado, provocando fuertes caídas en los volúmenes de negociación. Otras posturas en contra, como la del Reino Unido, han aportado un estudio realizado por la City de Londres que advierte el planteamiento inicial de la Tasa podría tener un impacto negativo en el PIB a largo plazo en los países de la eurozona, calculando en España un descenso del 0,5%.
ASÍ FUNCIONA LA TASA TOBIN
La aplicación del ITF en forma de porcentaje sobre las operaciones financieras plantea gravar con un tipo del 0,1% la compraventa de acciones y bonos, y con un 0,01% las operaciones con derivados. Este porcentaje se aplica primero sobre la compra del activo y después sobre su posterior venta.
Según el planteamiento inicial de la Comisión Europea, los bancos se harían cargo del gravamen (de ahí su otro nombre, el Impuesto Robin Hood), es por esto que las ONGs apoyan el proyecto, pero no será en su totalidad un impuesto que robe a los ricos para dárselo a los pobres, sino que probablemente supondrá un encarecimiento de los costes de transacción, así que los más perjudicados serán los pequeños inversores que posean una pequeña cartera de acciones, ya sea vía tasa directa o con el aumento de las comisiones cobradas por operativa bursátil, evitando así los bancos el efecto «Robin Hood». Además, tampoco se ha dejado claro que los beneficios de la Tasa Tobin vaya destinado a fines sociales.
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