Bitcoin es una de las palabras más buscadas en Internet en los últimos meses. La primera criptomoneda del mundo, tanto en cuanto a su creación como a su liderazgo en el mercado, está cada vez más presente en nuestro día a día. Su crecimiento parece imparable y ya ha contribuido a que varios cientos de personas (por no decir miles) se hayan convertido en millonarios.
Se trata de una divisa virtual totalmente descentralizada e independiente, sin control alguno por parte de ningún Estado. Tampoco está relacionada con instituciones financieras, bancos o empresas. Puede utilizarse como un medio más de pago, aunque sea una moneda intangible sin un soporte físico que la respalde.
El origen de la criptomoneda Bitcoin
La historia del Bitcoin comenzó un 18 de agosto, en el año 2008, cuando fue registrado el dominio bitcoin.org. Por entonces, nada se conocía de la posible criptomoneda. En noviembre del mismo año aparecía un escrito titulado ‘Bitcoin: un sistema de dinero en efectivo electrónico peer-to-peer’, cuyo autor era un desconocido Satoshi Nakamoto.
En él, se explicaba qué era la criptodivisa, la cual empezó a estar operativa en enero de 2009 a través de la plataforma SourceForge. Todo ha cambiado desde entonces, menos una cosa: la identidad de Nakamoto sigue siendo un misterio.
La idea original del creador japonés era disponer de una nueva moneda para hacer compras a través de Internet. En su texto, aseguraba que su principal objetivo era proporcionar a los usuarios un medio de pago que permita transferencias de valor a bajo coste, rápidas y que no estén controladas por bancos, gobiernos u otras entidades financieras.
El inicio de los primeros bitcoins
La red de Bitcoin arrancó el 3 de enero después de que el propio Nakamoto ‘minase’ el primer bloque de la cadena, el bloque del génesis, como se le denominó después. Durante los primeros días de vida de la criptomoneda, su creador donó diferentes unidades a todos aquellos que decían confiar en el proyecto y descargar el software necesario para invertir en él.
Fue el caso del programador Hal Finney, quien empezó a trabajar con Bitcoin el mismo día que fue lanzado. Como agradecimiento, Nakamoto le traspasó 10 unidades, siendo esta la primera transferencia de toda la historia de la divisa. Entre los primeros contribuyentes estaban Wei Dai (creador de b-money) y Nick Szabo (creador de bit gold).
Nakamoto minó en torno a un millón de bitcoins hasta que en 2010 cedió todo el control del núcleo de la criptomoneda a Gavin Andresen, que acabó siendo el desarrollador jefe de la Bitcoin Foundation.
Las primeras transferencias
A partir de entonces, Nakamoto desapareció definitivamente y nunca más se supo. Uno de los primeros pasos de Andresen fue anunciar que su nuevo objetivo era lograr que la criptodivisa pasase a estar totalmente descentralizada, algo que finalmente se consiguió.
Lejos del gigantesco mercado que suponen ahora, por entonces las primeras transferencias de bitcoins se negociaban a través de foros de Internet dedicados a la criptomoneda.
Fue así como surgió la transferencia de Bitcoins que más titulares ha generado y la más célebre de todas, la compra de dos pizzas de Papa John’s por 10.000 bitcoins. A día de hoy, esas pizzas costarían más de 100 millones de dólares.
Primeros problemas
Uno de los primeros problemas de funcionamiento del Bitcoin tuvo lugar 6 de agosto de 2010. Este día se produjo una vulnerabilidad según la cual las transferencias no eran debidamente verificadas en la cadena de bloques, lo que podía permitir a los usuarios sobrepasar las limitaciones económicas de la criptomoneda y crear un número ilimitado de unidades.
El 15 de agosto, esa vulnerabilidad se explotó al máximo, generando 184 millones de bitcoins en una única transferencia, siendo enviados a dos direcciones diferentes. Sin embargo, en apenas unas horas esta transferencia fue anulada y el problema fue solucionado al corregir el algoritmo.
Una evolución que nunca se detiene
Desde agosto de 2017, Bitcoin dispone de otra criptomoneda que surge a raíz de su propia cadena de bloques, Bitcoin Cash. Su límite es más amplio. En noviembre del mismo año, y con un idéntico nacimiento, aparece Bitcoin Gold.
En este caso, lo que cambia es el algoritmo prueba de trabajo utilizado en minería (Proof-of-work o PoW). En cuanto al funcionamiento de Bitcoin y su crecimiento, su sistema está programado para que genere un número fijo de unidades a través de la minería.
Tras lo ocurrido en 2010, el algoritmo quedó programado para que se creen 12,55 bitcoins cada 10 minutos, aunque este ritmo se reduce cada cuatro años a la mitad. El siguiente cambio será en 2021 (a 6,25 bitcoins), hasta que finalmente en 2140 la producción quede estancada en los 21 millones de unidades, la cantidad máxima que se puede crear.
Los usuarios que quieran operar con bitcoins lo hacen a través de un software disponible para ordenador o bien para dispositivos móviles, un monedero que genera una dirección desde la que enviar o recibir estas criptomonedas. Todas las operaciones pueden ser monitorizadas en tiempo real, y aunque las transferencias son públicas, resultan anónimas.
Algunos problemas derivados de emplear Bitcoin
Dentro del positivismo que transmite la criptomoneda gracias al vertiginoso crecimiento de su cotización desde 2009, existen ciertos riesgos con respecto al Bitcoin que merecen ser tenidos en cuenta a la hora de invertir.
Por ejemplo, por su característica anónima, puede ser utilizada para blanqueo de capitales o actividades ilícitas, aunque en estos casos han surgido otras criptomonedas con características más enfocadas a este tipo de negocios sucios.
No obstante, las expectativas no pueden ser más altas con esta criptomoneda. Con una cotización en torno a los 10.000 dólares desde que arrancó 2018, donde llegó a superar los 20.000, algunos expertos aseguran que el Bitcoin puede llegar a valer un millón de dólares a partir de 2020.
También existen voces discordantes que defienden que todo se trata de una burbuja y que para entonces ya habrá desaparecido, aunque la opinión más aceptada es que el precio de la criptodivisa seguirá creciendo todo este tiempo hasta que finalmente se corrija y se estabilice.
De momento, países como Rusia, China e India ya han mostrado su interés en crear su propia criptomoneda. Esto no ha hecho más que empezar.
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