Estos últimos meses las bolsas han sido arrastradas por varios ruidos que debían ser «nuevos Lehman Brothers» y se han quedado en meros recortes, algunos más pronunciados que otros. Así hemos visto titulares catastrofistas sobre el Grexit, sobre la crisis china, sobre los bajos precios del petróleo y ahora últimamente sobre el Brexit.
A día de hoy de Grecia no se habla a pesar de que su situación no es mejor que la de hace unos meses, y su salida de la zona euro no afectaría económicamente; de China parece que se ha asumido que el cambio del sistema productivo basado, hasta ahora, en las exportaciones está variando; el petróleo ya está lejos de unos mínimos con los que tantas empresas se han beneficiado (y los siguen haciendo ya que todavía está barato), y el Brexit ya ha dejado de ser trending topic, aunque todavía queda tela (ver en este post a partir de «¿Y si se vota Brexit?»).
Pues si todos estos no-acontecimientos han afectado en algo a las bolsas, nuestro Ibex ha tenido los suyos propios, que sí han sido reales y que han provocado que se comporte mucho peor que sus homólogos europeos:
Al ritmo del resto de bolsas, o incluso más rápido, el Ibex se ha alejado mucho de mínimos, lo que puede hacer pensar que se han acabado los peligros:
1.- Incertidumbre política:
Antes del resultado de las elecciones municipales y autonómicas el mercado empezó a descontar una incertidumbre política que se fue acentuando con las elecciones catalanas y el movimiento independentista, luego con las generales de diciembre y que parece algo apaciguado con las de junio.
Es cierto que el mapa del Congreso de los Diputados es mejor cara a una estabilidad futura, pero todavía no parece del todo solventado el problema, siguen estancados en posibles pactos y aún así, lo que está claro es que el gobierno será en minoría y la incertidumbre puede no desaparecer, aunque sería mucho menor que la de hace apenas unas semanas.
2.- Intereses en Brasil:
Hace años parecía que Brasil era el Rey Midas y que convertiría en oro todo lo que tocaba gracias a su mundial de fútbol y sus Juegos Olímpicos. Sin embargo el país ha ido al margen, deuda brutal acompañada de rebajas en su rating, pobreza extrema, inseguridad y casos de corrupción en las escalas más altas del poder han provocado que los resultados de las empresas españolas allí se desplomaran.
Actualmente también parece que el mercado lo está normalizando (en parte porque pudo haber sobrerreaccionado) y se puede volver a favor, sin embargo tampoco está claro.
3.- Situación de los bancos:
Poco se habla por la calle, y en general parece que la banca, tras los millonarios rescates ya está saneada, sin embargo no es así. La prueba podría ser el castigo del mercado hacia este sector, que podría parecer irracional (no suele serlo si no va acompañado por grandes titulares de prensa) algo que las ampliaciones de capital del Popular o Santander, los suspensos en los test de estrés de la FED de Santander y Deutsche Bank y los nuevos rescates de la banca italiana, que han pasado desapercibidos para el gran público, no dejan lugar a las dudas. Es cierto que la polémica (por no usar otro calificativo) no retroactividad de las cláusulas suelo van a ayudar al sector, pero también lo es que las nuevas fusiones, adquisiciones o ampliaciones de los próximos meses harán daño a los actuales accionistas.
4.- ¿Intereses en Reino Unido?.
Más que por el Brexit en sí, la depreciación de la libra podría hacer que los resultados de empresas con intereses en Reino Unido (Santander, Telefónica, IAG, Ferrovial por poner algunos ejemplos) se resientan. Ha ayudado que el BoE (Banco de Inglaterra) no subiera tipos la semana pasada, y tal vez ésta Draghi todavía ayude más dependiendo de lo que diga.
Hemos visto que los tres factores antiguos y el nuevo tienen cosas a favor para ayudar pero sin estar del todo claro, así que recurrir a soportes y resistencias claves puede hacer que el inversor tome decisiones correctas sin intentar jugar a adivino:
Como se puede apreciar en el gráfico, el mínimo anual ha funcionado. Pero fijándonos bien vemos que no ha perdido realmente los 8.200 (solo algún cierre semanal recuperado inmediatamente) donde se encuentra el 61,80% del retroceso de la subida 2012-2015. Éste será el nivel (junto al doble mínimo anual) que debería respetar si no consiguiera romper los 9.250-9.275 con los que ha luchado tres veces este mismo año.
La pega la volveremos a tener demasiado pronto si lo consiguiera: los 9.800-10.000 en los que se apoyó casi a la perfección entre 2014 y 2015 (y donde además está rondando la media simple de 200 sesiones) puede ser una nueva resistencia importante antes de encaminarse hacia los 11.000-11.200.
El inversor debe analizar estas posibles roturas, que seguramente irán acompañadas de escenario positivo de los cuatro factores mencionados antes, y de los que no veremos titulares en prensa hasta que el Ibex esté realmente caro y se quiera provocar euforia.
@luisgarcialanga
AulaFinanzas.com
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