Los créditos rápidos son un producto que no tiene muy buena fama debido a su alto precio. Si bien es cierto que son caros, también lo es que cubren un segmento de necesidades que muchas otras entidades no están dispuestas a cubrir.
Este alto precio se debe a los altos riesgos que afrontan los prestamistas. Las comprobaciones que hacen sobre el estado financiero de sus clientes son muy sencillas, eso es lo que les permite ser rápidos, pero lógicamente conllevan un mayor riesgo que el proceso tradicional en una entidad bancaria al uso.
A continuación te ofrecemos una pequeña guía para pedir un crédito rápido y evitar problemas o errores comunes.
1. Se responsable a la hora de decidir cuándo necesitas uno
En general, los intereses que vas a tener que pagar son más altos que los que tendrías que pagar en cualquier otra situación. Si debes dinero en algún negocio, seguramente te merezca la pena llegar a un acuerdo para aplazar el pago aunque sea pagando unos intereses (lo normal es que estos sean menores que los que te pida una entidad de créditos rápidos).
Ahora bien, hay muchos negocios que no estarán dispuestos a hacer este aplazamiento. Algunos ejemplos en los que seguramente te merecerá la pena un crédito rápido son:
- Si no pagas serás añadido a un registro de morosos
- Tienes que pagar una emergencia médica sin posibilidad de financiamiento. Algo que suele ocurrir en viajes a países en desarrollo si no se tiene un seguro de viaje apropiado.
- Si no pagas no vas a poder trabajar debido a una avería en el coche o en algún otro factor indispensable para tu actividad.
- Cualquier otro tipo de urgencia que realmente no puede esperar.
No se incluyen entre estas urgencias, a pesar de que algunas de las entidades de créditos rápidos los publiciten para ello, pagos en caprichos o consumo como: regalos, viajes, fiestas, etc. ¿Es posible pedir un crédito para pagar estas cosas? Sí, pero no recomendable. Si vas a endeudarte para acometer un objetivo de este tipo, es mejor que vayas a una entidad que ofrezca intereses más bajos, aunque eso conlleve esperar un poco.
2. Haz cuentas de cuánto vas a poder devolver y cuánto tiempo vas a necesitar
Antes de ponerte a comparar los créditos rápidos que hay en el mercado, es recomendable que hagas cuentas de cuánto dinero puedes ahorrar cada mes para devolver el crédito. Es mejor hacerlo antes, porque así no estarás condicionado por lo que hayas visto en las webs y publicidades de los prestamistas.
Simplemente compara tus ingresos y gastos. De esa manera sabrás cuánto dinero habrás añadido al que tienes ahora dentro de 30 días. Esa cantidad será el máximo que podrás pagar si el crédito vence en ese periodo de tiempo, que es lo más habitual.
3. Compara condiciones
Hay muchos comparadores de créditos rápidos donde podrás encontrar reseñas, análisis, etc. Te servirán para tener una buena panorámica de lo que ofrece el mercado.
Luego entra en la web oficial de cada prestamista y consulta sus condiciones. Aspectos importantes que debes tener en cuenta:
- Ofertas para nuevos clientes (algunos ofrecen el primer crédito gratis o por muy poco interés).
- Que la sede del prestamista esté en España o la Unión Europea.
- Cuánto tendrás que devolver y en qué plazo (y cotéjalo con lo que obtuviste en el paso anterior).
- Posibilidad y coste de aumentar el plazo.
- Tipo de interés del impago (suele ser de un 1% diario, lo que ya es bastante alto, así que no escojas uno con un tipo mayor).
- Si te corre mucha prisa, comprueba que tengan cuenta en tu banco, de este modo la transferencia del dinero será mucho más rápida. No hay nada peor que tener que pagar un crédito que llegó demasiado tarde y no sirvió para su cometido.
¿Y si creo que no voy a poder pagar?
Si te endeudas y al final no puedes pagar, las cosas no harán sino empeorar. Por tanto si en el punto 2 y 3 los números no cuadran, es mejor que evites este tipo de servicio por tentador que puedan parecer. También ten en cuenta que nunca debes usar un crédito rápido para pagar otro crédito.
4. ¿Qué necesito para pedir el crédito?
Como normal general necesitarás tener ingresos regulares, pero no hará falta que tengas un trabajo. Es probable que te acepten aunque estés en ASNEF y lo harán seguro aunque no tengas un aval o garantía, ya que trabajan sin estas figuras.
Algunos requisitos indispensables en cualquier entidad son: la mayoría de edad, la residencia en España y ser titular de una cuenta bancaria. Además, es muy probable que te pidan tener una tarjeta de débito y un número de móvil a tu nombre.
5. ¿Cuánto tardan realmente?
Publicidad como “tu crédito en 10 minutos” generalmente quiere decir que desde que aceptan tu solicitud de crédito tardarán 10 minutos en hacer la transferencia. Pero, a veces simplemente quiere decir que tardarás unos 10 minutos en hacer la solicitud. En cualquiera de los casos, un aspecto fundamental que se escapa a su control es lo que tarda la transferencia en llegar a tu cuenta bancaria. Generalmente, si no tienes cuenta en el mismo banco que ellos, la transferencia puede retrasarse de 3 a 5 días, aunque es cierto que últimamente esto ocurre en pocas ocasiones y las transferencias suelen ser más rápidas.
6. Ha llegado el momento de pagar
Si vas a pagar por transferencia bancaria asegúrate de tener en cuenta los tiempos de los bancos. Lo más recomendable es que utilices un sistema de pago más rápido como la tarjeta de débito o el ingreso directo en su cuenta bancaria. Cuando lo hagas, asegúrate de seguir las instrucciones que te habrán enviado. Es importante que tu nombre DNI e identificador de préstamo figuren en el concepto de la transferencia.
Aunque pagues, si ellos no están notificados o no identifican tu pago seguirán el procedimiento de impago normal. Luego quizá puedas revertirlo, pero será complicado y es una situación fácil de evitar.
Por tanto, a la hora de utilizar los créditos rápidos es importante tener muy en cuenta factores como los que te decimos aquí. Haciéndolo te asegurarás de que el crédito te servirá realmente, podrás pagarlo y no te generará problemas.
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