Concluía el anterior informe comentando que el principio de esta semana prometía emociones fuertes.
Y a fe que así ha sido. El martes asistimos a una extensión de la fase descendente, con el Eurostoxx borrando del mapa el soporte que se acomodaba entre 3.639,54 y 3.612,71 (no mostrado en el gráfico). En el acto, el índice europeo aterrizó en el siguiente objetivo de caída, que se alojaba entre 3.551,40 y 3.507,33.
Por añadidura, la onda sinusoidal se ajustó a la derecha. El nuevo suelo teórico (ST) se preveía para el 7 de mayo.
Quizá el motivo principal de esta reorganización cíclica radicaba en la figura de hombro-cabeza-hombro cuyo objetivo de caída se localizaba en el nivel 3.486,56.
El caso es que el mismo 7 de mayo, día en que se cumplía el ST, el Eurostoxx alcanzó el objetivo del hombro-cabeza-hombro. Entretanto, mi indicador de momento generó una señal de clímax alcista, típica cuando la fase ascendente del ciclo de 40 días está en sus primeros compases.
Además, advertí de que la superación del nivel 3.567,08 dejaría el paso franco a la fase ascendente.
Al día siguiente, apuntalado de nuevo por un volumen alcista climático, el Eurostoxx rompió al alza la referida línea horizontal al tiempo que se aupaba a lomos de la fase ascendente, cuyo primer objetivo de subida se encuentra a pique de ser alcanzado. En lo tocante al análisis de carácter temporal, debo consignar que el techo teórico del ciclo (TT) se prevé para el 13 de mayo.
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