18 de junio de 2014 || Eva Mosquera
Telefónica puede hacerse con el control total de Canal+ después de presentar una oferta vinculante a Mediaset para adquirir su participación del 22% por un precio de 295 millones de euros, según informa un comunicado de la CNMV.
A principios de junio Telefónica acordó formalmente con Prisa adquirir el total de su participación en Canal+ (56%) por 750 millones de euros. La compañía está a la espera de las perceptivas autorizaciones de las autoridades de la competencia y un «panel representativo» de los bancos financiadores del Grupo Prisa. En el supuesto de que la empresa de César Alierta adquiriese esta participación y la de Mediaset, junto con la que ya posee (22%), obtendría el 100% del capital de Canal+. Por estas operaciones, la compañía presidida por Alejandro Echevarría recibiría 10 millones de euros y, adicionalmente, un importe de hasta 20 millones de euros en función de la evolución de los clientes de televisión de pago en España del Grupo Telefónica durante los 4 años siguientes al cierre de la operación.
Además, si la oferta tuviese el visto bueno de los organismos reguladores de competencia y fuese aceptada, Mediaset no podría reclamar su derecho de adquisición preferente sobre la participación de Prisa, recibiendo como contraprestación un importe de 30 millones de euros, que se sumarían a las cantidades anteriores.
CONTROL TOTAL
En el caso de cerrarse las operaciones con los grupos Mediaset y Prisa, Telefónica se haría con el control total de Digital+ (Distribuidora de Televisión Digital, DTS), lo que supondría un acercamiento a su objetivo de ser una «telco digital» y diferenciarse de sus rivales.
Además, el control de DTS estaría vinculado a los movimientos de Telefónica en cuanto a televisión se refiere, pues la compañía se está esforzando por conseguir exclusivas de los grandes eventos deportivos. Según han declarado a Expansión, en Telefónica confían plenamente en su servicio de televisión como reclamo para afianzar clientela y potenciar la contratación de su fibra óptica, añadiendo que, con estos movimientos, pretenden reforzar su posición en el panorama de la televisión a la carta.
EL DESTINO, EN MANOS DE COMPETENCIA
La CNMV o la dirección de Competencia de la Unión Europea tienen en sus manos el destino final de las operaciones. Las autoridades regulatorias que estudien el caso pueden aceptar, rechazar o aceptar la operación con compromisos voluntarios o condiciones obligatorias.
Debido al volumen de la operación, la oferta tiene que ser notificada a Bruselas, aunque Telefónica puede argumentar para que la compra se analice desde la CNMC, que a su vez podría reclamar estas competencias a los organismos comunitarios.
Vodafone y Orange se han mostrado críticos con la posibilidad de que Telefónica refuerce su posición en DTS y han instado a los organismos reguladores a que prohíban la operación o que se impongan condiciones especiales para no afectar al mercado de las telecomunicaciones, alegando que estas operaciones acentuarían la concentración del mercado.
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