Los primeros días de agosto estaban resultando algo aburridos bursátilmente hablando y parecía que los mercados se daban una tregua veraniega tras las convulsiones que provocó la negociación de Grecia con sus acreedores (hoy precisamente se ha aprobado en su Parlamento el nuevo rescate), sin embargo los despertadores del martes sonaron como señales de alarma el martes tras las medidas tomadas por el Banco Popular de China en la madrugada que provocaron la depreciación del 2% del renminbi (internamente se conoce como yuan) respecto al dólar, a lo que suma sendas bajadas adicionales el miércoles y el jueves para una caída total de casi el 6% en tres días.
Las motivaciones parecen estar fundamentadas en la caída de las exportaciones en el último mes (pierde un 7% en un año) que ayuda a la ralentización que está afectando a su economía en los últimos años; aunque en un país con la poca transparencia de la que gozan las decisiones gubernamentales no se puede asegurar al 100%.
No hay que olvidar que cuando se invierte en bolsa realmente se compran acciones de compañías cuyo objetivo es ganar dinero para dar rentabilidad a sus accionistas, y teniendo en cuenta que China es uno de los actores más importantes a nivel empresarial (al contrario que Grecia al que se le dio mucha más cobertura mediática en prensa económica e incluso generalista) por ser la segunda economía mundial y la primera en cuanto a importaciones.
A bote pronto, parece complicado valorar las consecuencias de este movimiento, han salido voces muy catastrofistas como la del magnate norteamericano y candidato republicano a la presidencia del gobierno, Donald Trump (del que ignoro sus conocimientos macroeconómicos y sobre todo la independencia de sus declaraciones), y otras más pausadas. En este post vamos a analizar todos los factores que pueden verse afectados de forma lo más objetiva posible, desde tres puntos de vista, uno neutral, uno pesimista y otro optimista.
– Visión neutra:
- Parece ser que se trata de un movimiento puntual del Banco Popular Chino, y así lo ha confirmado, aunque es legítimo dudar de unas manifestaciones políticas, es cierto que ya el viernes no ha ocurrido nada; así que una bajada del 5% tras las subidas de los últimos años no parece significativa:
– Visión pesimista:
- Toda devaluación de moneda provoca una pérdida de poder adquisitivo de la población, que por otra parte cada vez se está incorporando más a una clase media consumista se debería notar significativamente en cuanto al consumo, principalmente de productos del exterior.
- Muy relacionado al punto anterior, y al ser China el principal importador a nivel mundial, las empresas de EEUU y Europa (en especial Francia y Alemania) venderán menos o lo deberán hacer a precios más baratos al aplicar el cambio; lo cual se dejará notar en sus beneficios presentes y futuros, y por tanto en las valoraciones de las mismas.
- Confirma una ralentización del gigante asiático.
– Visión optimista:
- Esta medida puede reactivar las exportaciones, por lo tanto servir para que el crecimiento se reactive con el contagio que tendría esto en el resto del mundo.
- Se da algo de flexibilidad a la moneda China para que el mercado aplique sus «leyes», posiblemente provocado también por la intención del gobierno de que el FMI incorpore el renminbi en su cesta de «Derechos Especiales de Giro».
- Puede provocar un retraso en la subida de tipos de interés en EEUU al no querer arriesgar su crecimiento y aminorar las consecuencias de unas menores ventas a China. Realmente no es un factor positivo, pero a los mercados últimamente estas noticias sí les gustan mucho.
- China es el primer consumidor de materia prima, y vemos un caso muy similar al de las empresas: el precio de la materia prima deberá bajar para adaptarse al poder adquisitivo de los chinos; no debería ser en la misma proporción, pero sí de forma relevante, lo cual ayudará al resto de empresas del mundo al ser éste un coste significativo.
Como conclusión, de momento lo más óptimo parece ser mantener las inversiones, incluso en países emergentes (aproximadamente un 5% de la cartera de renta variable) ya que parece que el mercado, tras un primer impacto miedica no está perdiendo soportes relevantes, mientras así sea, sobre todo si se estabiliza de nuevo el tipo de cambio del renminbi, no tiene sentido realizar movimientos por pánico; aunque hay que seguir muy de cerca la evolución de las próximas semanas (China es mucho más importante que Grecia) y cómo afecta a la tendencia de las bolsas.
@luisgarcialanga
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