17 de abril de 2014
Eva Mosquera Rodríguez
El tráfico en las autopistas de peaje cierra su primer trimestre de 2014 con una media de 13.097 vehículos diarios. Es el volumen más bajo desde 1996, época en la que la red de vías de peaje tenía una longitud de 1.733 kilómetros, frente a los 2.560 kilómetros que suma actualmente. Según Fomento este dato refleja una caída del 35,2%, una tendencia que se viene acumulando durante los últimos 7 ejercicios, llegando a perder casi una tercera parte de su tráfico desde el máximo que marcó en 2007, antes de la crisis actual.
Ligera mejoría mensual
En enero y febrero se han registrado incrementos por primera vez en 7 años, del 0,75% y 2,17%, respectivamente. Una subida que se ha visto anulada debido a que el tráfico de la Semana Santa del pasado año se registró en marzo, mientras que el de este año será sumado en el siguiente trimestre.
En las autopistas españolas se han registrado mejorías mensuales del 4,5% en febrero y del 4,8% en marzo. Abertis también ha percibido una cierta recuperación en sus autopistas de peaje, la primera desde 2008. En sus vías la circulación creció un 1,5% en comparación con el pasado año.
No obstante, los datos se alejan de los máximos registrados en 2007 y las mejorías no son suficientes para aplacar la tendencia general.
Autopistas en quiebra
En noviembre de 2012 nueve autopistas se declaraban en quiebra. Eran las autopistas de peaje R-3, R-4, R-5, AP-7, AP-36 y AP-41, las mismas que el Gobierno ha propuesto integrar en una sociedad pública para garantizar su viabilidad. Estas carreteras han perdido una media del 9,3% de su tráfico con respecto a los datos del pasado año. Aunque se han registrado ligeros aumentos en la AP-7 entre Cartagena y Vera, y el Eje Aeropuerto (M-12) en Madrid.
Sin consenso para una solución
El Ejecutivo propone a la banca y a las concesionarias una quita del 50% a la deuda total de las autopistas en quiebra – que asciende a 4.600 millones de euros – y la creación de un fondo de titularización que emita bonos a 30 años con una rentabilidad mínima del 1%. Desde los bancos reclaman que estos bonos estén garantizados por el Estado o se mejore la rentabilidad fija. Por su parte, las concesionarias piden que los bonos a 30 años puedan ser comprados por terceros, fundamentalmente bancos, sin una penalización del 10%.
Sin embargo, Fomento ha prometido hace unos días que no se gastará dinero público en salvar a las autopistas de peaje en quiebra. El Estado las gestionará, pero el objetivo es que generen los ingresos suficientes con los que pagar la multimillonaria deuda que soportan y que su rescate se lleve a cabo sin recursos públicos, según aseguró ayer el secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá.
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