Cada día cierran en el mundo 240.000 empresas. Por suerte se crean más (unas 270.000). Son cifras muy altas que muestran la dificultad que comporta crear una empresa y que esta sea exitosa.
Sobre las empresas que se mueren podemos destacar varios aspectos. En primer lugar, de acuerdo con datos del INE, observamos que de las empresas que se mueren hay de todos los sectores, aunque las actividades con más mortalidad son el comercio y la construcción. Después ya sigue la industria. También viven pocos años las start-ups puesto que, según la mayoría de estudios realizados, sólo un 10% viven más allá de los cuatro años.
Del perfil financiero de las empresas que cierran podemos destacar que son empresas que estaban muy endeudadas varios años antes del cierre. Y al mismo tiempo, las empresas que cierran acostumbran a reducir las ventas y perder dinero en los años anteriores. Estos resultados negativos contribuyen a hacer crecer el endeudamiento. Por lo tanto, la combinación de pérdidas y alto endeudamiento es mortífera.
De acuerdo con el estudio que hemos hecho recientemente en la UPF Barcelona School of Management, las empresas que cierran invierten menos en aspectos imprescindibles para la mejora de la competitividad. Podemos destacar la baja inversión en la formación de su equipo humano. Y apuestan menos por los sistemas de certificación de calidad. Por lo tanto, pueden tener más dificultades para satisfacer las expectativas de sus clientes. También invierten menos en innovación, en digitalización y en internacionalización. Este menor esfuerzo inversor explica que sean empresas que se quedan atrás, puesto que el mercado, los clientes y los competidores se mueven mucho más rápido.
En conclusión, para evitar que nuestra empresa sea una de las que cerrará en el futuro inmediato hay que invertir en las personas, en innovación para la mejora de la competitividad, y capitalizar la empresa para huir del exceso de endeudamiento, que es un arma de destrucción masiva.
Oriol Amat es catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la UPF, decano de la BSM Universidad Pompeu Fabra y miembro de la Junta del Colegio de Economistas y de ACCID.
Fuente: Patrimonia
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