Hoy voy a hablar, dentro del ámbito de las finanzas conductuales o behavioral finance, sobre la codicia ingenua, la última de las tres emociones, junto con la impaciencia y el orgullo, que, en mi opinión, contamina a los inversores en su toma de decisiones financieras.
Muchas personas suelen fascinarse fácilmente por el consejo fácil para conseguir el “pelotazo”, el “chollo”, el beneficio rápido. En una conferencia en Sevilla me quedé fascinado con que la emisión de bonos de la Nueva Rumasa, a un tipo de interés muy elevado, se colocara en su totalidad en pocas horas. Luego me sorprendí que eso me sorprendiera. Es la condición humana. Aceptémoslo. Es el “deseo de ser engañados cuando la mentira es agradable”. La gente que invirtió en esos bonos no se fijó en el riesgo histórico y probado del emisor si no solo en la rentabilidad ofrecida. La codicia produce ceguera parcial i suele aparecer con un disfraz de ingenuidad.
No lo duden, si renaciera la Nueva Novísima Rumasa y emitiera bonos a tres años al 15% de interés anual, se colocarían entre codiciosos camuflados de ingenuos en pocas horas.
Aquí y Aquí y Aquí puedes ver los vídeos en los que Xavier Puig explica otros errores sobre behavioral finance.
Xavier Puig es Doctor en Administración y Dirección de Empresas por la Universitat Pompeu Fabra y Director de los programas “In-company” de Banca y Finanzas de la BSM- Universidad Pompeu Fabra. En la actualidad es socio y consejero de Gesiuris Asset Management SGIIC S.A y vicepresidente de CAT Patrimonis SIMCAV S.A, Sociedad de Inversión que cotiza en el MAB.
Fuente: Patrimonia
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