La estacionalidad nos muestra que a comienzos del mes de diciembre suele haber correcciones en los mercados. Si nos fijamos en los últimos 20 años, estadísticamente durante las primeras semanas de diciembre el mercado se comporta de una manera más débil de cómo lo hace en la fase final del mes.
Si tomamos como referencia el año pasado, desde el 3 de diciembre hasta el día 24 vimos una fuerte caída en el SP500 que supuso una pérdida del 16,52%, hasta que el día 26 el mercado comenzó a rebotar.
Las causas de la caída fueron las tensiones comerciales y las presiones de Trump a Jerome Powell para que baje los tipos. Ahora entrado diciembre, parece que el presidente americano vuelve a echar leña al fuego y ha anunciado más aranceles, por un lado, al acero de Argentina y Brasil y por otro lado a las importaciones procedentes de Francia.
Además, podrían entrar en vigor nuevos aranceles a productos chinos si no se firma un acuerdo comercial de Fase 1, incluso el propio Donald Trump ha indicado ya que igual tienen que esperar a después de las elecciones del 3 de noviembre de 2020 para firmar ese acuerdo comercial.
Es evidente que Trump lanza los mensajes cuando los tiene que lanzar, va dando esperanzas a los mercados para llevar a los índices a generar nuevos máximos y cuando eso sucede, aprovecha para lanzar la noticia de nuevos aranceles que luego no elimina. El mercado cae y después vuelve a indicar que se han vuelto a sentar a la mesa en una nueva fase de negociación con China.
No es de extrañar que aplique los aranceles, el mercado retroceda algo más este mes (podría retroceder entre el 4 y 5% desde los últimos máximos) para luego volver a arrancar y mejorar a final de año.
Por otro lado, de nuevo, ante las perspectivas de que la Fed no bajará los tipos hasta septiembre de 2020, según muestran los futuros sobre fondos federales, Trump ha vuelto a criticar abiertamente las decisiones del banco central, indicando que mayores bajadas de tipos serian beneficiosos para la economía, justo después de que ayer se publicase que la actividad manufacturera del país se ha contraído en noviembre por cuarto mes consecutivo.
Aún así, la economía americana sigue siendo fuerte, con el paro en mínimos de 50 años, con las nuevas solicitudes de subsidio por desempleo en niveles de la década de los 60 y una alta confianza del consumidor, lo normal seria ver un año 2020 positivo para la bolsa americana, teniendo en cuenta, por otro lado, que el crecimiento.
Atendiendo también a la estadística, los dos últimos años de los mandatos de los presidentes americanos son los mejores para los mercados. Desde 1900, de media el tercer año la bolsa americana sube un 11,84% (este año 2019 llevamos una subida en el S&P 500 del 24,21%), y también por término medio, en el cuarto año de mandato, la bolsa suele avanzar en el entorno del 7,5-8%; debido a que los presidentes se focalizan mucho en la economía y en los mercados al final del mandato con el objetivo de ser reelegidos.
Se espera que los beneficios empresariales americanos en 2020 crezcan en el entorno delo 9% y la OCDE ha vuelto a mantener la perspectiva de crecimiento para el año que viene en EE.UU. en el 2%.
Quizás no sea mala idea preparar la caña para pescar en rio revuelto de cara al año que viene.
Sergio Ávila
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