El informe del Libro Beige de la Reserva Federal, una encuesta conducida en sus 12 distritos, indica que la economía estadounidense sigue creciendo y que la mayoría de las empresas siguen siendo optimistas en cuanto a las previsiones a corto plazo. Tras su publicación ayer, los responsables de la política monetaria que se oponen a nuevos recortes de los tipos ahora tienen con qué justificar su postura.
El llamado Libro Beige, que se basa en entrevistas y conversaciones con contactos comerciales fuera del sistema de la Fed, se prepara antes de cada reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) y generalmente se publica unas dos semanas antes de cada reunión del FOMC. Está destinada a ser el contrapeso cualitativo a la información cuantitativa de los datos económicos y por lo general no llama mucho la atención.
Sin embargo, con el FOMC claramente dividido sobre qué hacer en su próxima reunión de este mes, la aportación del Libro Beige es más significativa de lo habitual. Aun así, está por ver si realmente puede impedir que el panel siga adelante con el recorte de tipos esperado.
El informe general califica el crecimiento como «modesto» e identifica los puntos débiles, pero dibuja un panorama de una economía que está en efervescencia a pesar de las tensiones comerciales, las curvas de rendimiento invertidas y otros obstáculos.
La actividad de transporte, por ejemplo, se ha visto «suavizada» y las ventas de vivienda «restringidas» debido al bajo nivel de inventarios y a los datos planos sobre promoción de vivienda. El informe, en la línea del descenso del índice de gestores de compras del Instituto de Gestión de Suministros de esta semana, reconocía que la producción del sector manufacturero está descendiendo, pero sólo «ligeramente».
La actividad turística, sin embargo, ha sido «sólida», el gasto de los consumidores ha sido desigual, con un modesto crecimiento de las ventas de automóviles. El alquiler y los préstamos se desarrollan positivamente y los servicios no financieros han registrado progresos.
El informe decía que los contactos estaban preocupados por el impacto final de los aranceles y las tensiones comerciales, pero que no creían que eso estuviera afectando todavía a los precios o a la actividad económica. El informe de la Fed de Boston concluía que las previsiones en el distrito, que abarca toda Nueva Inglaterra, eran «entre moderadamente optimistas y generalmente positivas».
En resumen, no parece que la gente se aferre a la esperanza de un estímulo monetario inmediato. No es de extrañar, entonces, que el presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren, reiterara esta semana su convicción de que la economía es «relativamente fuerte» y que no necesita un recorte de los tipos de interés más bajas.
Rosengren, que es miembro con derecho a voto del FOMC este año, quiere mantener alerta a la Fed para cuando realmente se necesite pasar a la acción. Disintió de la decisión de julio de recortar los tipos de interés de referencia de la Fed en un cuarto de punto e indicó que es probable que también vote en contra del recorte de tipos este mes.
La presidenta de la Fed de Kansas City, Esther George, que también fue una disidente en la decisión sobre los tipos de julio, reiteró su convicción de que el estado de la economía es robusto y no necesita estímulo monetario en este momento. En un evento de la semana pasada en St. Joseph, Misuri, dijo que aunque la incertidumbre comercial está claramente perjudicando a los agricultores, la confianza de los consumidores está más que compensando ese impulso negativo.
El informe del Libro Beige de su distrito, que abarca siete estados occidentales, mencionó la fuerza de los consumidores en los sectores minorista, automotriz, de restauración y turístico.
Richmond —que abarca las Carolinas, Virginia, Maryland y Virginia Occidental—, reportó un aumento de la actividad en los puertos, el turismo y los servicios no financieros. Tanto los inmuebles comerciales como los residenciales se han mantenido entre estables y modestamente al alza. Los fabricantes y las empresas de transporte reportaron descensos.
El presidente de la Fed de Richmond, Tom Barkin, se unió la semana pasada a aquellos miembros del FOMC que son cautelosos acerca de los nuevos recortes de los tipos. «Una opción se valora mejor al final de su período de tiempo que a la mitad», dijo, indicando que preferiría poner en espera los siguientes recortes.
Se opuso particularmente a tomar medidas debido a las preocupaciones en torno a la inflación, que no cree que debieran ser parte de la ecuación en este momento. Le preocupa el crecimiento, pero dijo que ni sola empresa con las ha hablado se está reduciendo.
Barkin no es miembro con derecho a voto del FOMC este año. Además, es difícil saber si el tono moderadamente optimista del Libro Beige y la resistencia de varios responsables de la política monetaria a un recorte de tipos serán suficientes para disuadir al presidente de la Fed, Jerome Powell, de lo que los mercados ven como su intención de volver a recortar los tipos en septiembre.
Darrell Delamaide
Un artículo de investing.com
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