El ahorro es uno de los mantras que nos persiguen. ¡Debes ahorrar parte de tu salario!, nos dicen. Y, ciertamente, ahorrar es más una cuestión de actitud que de cantidad. De hecho, según los entendidos, al menos deberíamos obtener una rentabilidad positiva de nuestros ahorros. O lo que es lo mismo, una rentabilidad que supere a la inflación para, como mínimo, no perder poder adquisitivo con el paso del tiempo.
Sin embargo, la realidad es que las familias tienen dificultades reales para gestionar sus ahorros. De hecho, el 40% tiene su dinero en cuentas corrientes o depósitos con nula rentabilidad. Es decir, si la inflación o el coste de la vida se sitúa en una media del 2%, no solo no estamos ahorrando, sino que, además, estamos perdiendo dinero.
A esto se une nuestra reacción emocional ante el dinero. Lo vemos en las caídas del mercado. Los pequeños inversores que tienen objetivos a largo plazo venden por una reacción estomacal ante el miedo y pierden oportunidades. Con un buen método y un buen asesoramiento financiero podrían aprovechar las «rebajas» para comprar y obtener una mayor rentabilidad de sus fondos de inversión.
Ahorro automático
¿Cómo empezar? Lo primero pasa por tener un planteamiento de base para fijar y definir cuáles son nuestras metas y en cuanto tiempo podríamos alcanzarlas. No es lo mismo ahorrar para la compra de una casa, que para la jubilación o los estudios de nuestros hijos. Si establecemos el horizonte temporal de nuestra inversión, podremos determinar que instrumento será el más adecuado según nuestro perfil.
Cuando ahorramos a largo plazo, uno de los métodos que puede ayudar a desarrollar nuestro hábito de ahorro es el Dollar Cost Averaging o promedio del coste monetario. Se trata de invertir una cantidad fija todos los meses, especialmente en renta variable. Y hacerlo con independencia de lo que haga el mercado, sabiendo que la tendencia a largo plazo es alcista.
En una economía global, hoy se puede invertir en la bolsa mundial a través de fondos de inversión. Así estaremos invirtiendo en todo el mundo porque lo hacemos de forma diversificada tanto desde el punto de vista geográfico como sectorialmente. Por cierto, limitarse por ejemplo al IBEX 35 porque es lo conocido y los más cercano, reduce nuestro margen de maniobra a solo un 2% aproximado de la economía mundial.
Uno de los factores importantes a la hora de invertir es evitar el componente emocional
Las ventajas del método
El ahorro sistemático -del Dollar Cost Averaging– puede ayudarnos a ahorrar a largo plazo desde tres puntos de vista. Al invertir la misma cantidad mensual, estaremos aprovechando las bajadas de mercado de forma automática y compraremos más participaciones con el mismo importe. Además, como es un método sistemático, reduciremos la emotividad porque no hay que plantearse si es un buen momento o no de compra. Por último, al destinar una cantidad mensual y disponer de menos efectivo en nuestra cuenta corriente estaremos automatizando nuestro ahorro y convirtiéndolo en un hábito. Es una especie de recibo del ahorro, una forma de pagarnos a nosotros mismos.
Asesoramiento personalizado: el valor añadido
Muchas personas son escépticas respecto a los productos de ahorro, bien porque han tenido malas experiencias o porque no tienen una nómina abultada. O, simplemente, porque no saben por dónde empezar. Afortunadamente, no hace falta ser un experto de las finanzas para definir cuál es la estrategia más adecuada para alcanzar nuestras metas.
Fuente: Eleconomista
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