La pendiente de la curva de tipos en Estados Unidos, el tipo de cambio, la evolución de los resultados empresariales y China están entre los asuntos que más siguen los expertos para calibrar sus inversiones.
El crecimiento económico, los beneficios empresariales, los tipos de interés, la evolución de Wall Street, del dólar y de China son asuntos que están en el radar de los inversores. Pero, ¿qué gráficos vigilan y pueden dar pistas de la evolución de los mercados? Éstos son los que no hay que perder de vista, según los expertos.
Pendiente curva de tipos en EEUU
El ciclo económico global depende en buena medida del de EEUU, que se encuentra en fase madura. Un indicador del riesgo de recesión es la pendiente de la curva de EEUE. Históricamente, cuando la pendiente entre el 10 años y el 2 años se ha hecho negativa ha anticipado una recesión en 12-18 meses. «Creemos que este final de ciclo puede resultar en un aterrizaje suave, de manera que no desemboque en una recesión o que ésta sea particularmente suave. Que la pendiente 10-2 no llegue a hacerse negativa y dé señales de repuntar apoyaría esa perspectiva», comenta Antonio Zamora, de MacroYield. Esto depende en buena medida de que el tramo corto, el más directamente dependiente de la Reserva Federal, no repunte, es decir, de que la Fed no suba tipos en exceso y favorezca a sí la continuidad de un crecimiento suficiente.
UBS aconseja vigilar los tipos de la deuda a 10 años de EEUU y Alemania como termómetro de recesión, de las expectativas sobre los bancos centrales y «muy importante, probable catalizador para que el sector financiero pueda tomar el liderazgo o relevo en las alzas bursátiles», comenta Roberto Scholtes, que prevé que el bono a 10 años de Estados Unidos se sitúe en el 3% a final de año y el alemán en el 0,60% respecto al 2,75% y 0,18% actual.
Otra derivada de los bajos tipos de interés en Alemania es el que apunta Intermoney, que prevé que el bono a 10 años alemán se mantenga en niveles del 0,10% hasta la reunión del BCE el próximo 7 de marzo. «El espacio de subida de las rentabilidades en los próximos meses podría sorprender al alza al mercado, siempre que los datos económicos no sigan deteriorándose», comenta Rubén Sánchez, de Intermoney.
Actividad manufacturera
El PMI manufacturero, ya sea el global, el de Alemania o el de China, es el indicador más sensible del clima económico global y de los efectos negativos de las tensiones comerciales. «Por eso es el mejor indicador adelantado sobre el leve repunte del crecimiento que esperamos en esta primavera», comentan en UBS. La cercanía del fin de ciclo se sigue haciendo visible en algunos indicadores de actividad, como muestra la evolución del ISM Manufacturero en enero y la fuerte correlación con encuestas de actividad regionales. El mercado seguirá muy pendiente de la evolución de estos indicadores adelantados una vez que se selle la paz temporal entre China y EEUU.
«El crecimiento europeo es una de las grandes incógnitas actuales. Para que la reciente recuperación de la renta variable pueda consolidarse y prolongarse, son necesarias señales de estabilización y cierto repunte de la actividad», explica Zamora.
Los índices PMI están entre los indicadores más seguidos y las tímidas señales de estabilización registradas en febrero podrían continuar en los próximos meses. Los expertos señalan que en Europa es especialmente preocupante la situación italiana, cuya economía está en recesión y cuyas primas soberanas se han elevado de manera peligrosa, puesto que lastran la economía y amenazan con contagiar a otros mercados.
Cierta mejora económica en Italia y un Gobierno que no dé muestras de antieuropeísmo serán clave para permitir la apreciación del euro y un mejor comportamiento de la renta variable europea, en especial de la banca.
Tipo de cambio dólar y divisas
Unos tipos a corto plazo estables, en especial si la inflación implícita tiende a aumentar, favorecen la depreciación del dólar, lo que es históricamente positivo para la renta variable emergente. En consecuencia, la estabilización de las economías emergentes depende en buena medida de que el dólar se debilite o al menos no se aprecie, según los analistas. «Creemos que eso será lo que suceda en los próximos meses, lo que favorecerá una evolución relativa positiva de la renta variable emergente», comenta Zamora.
«El debilitamiento del dólar daría una señal de que la cautela de la Reserva Federal comienza relajar las condiciones monetarias globales, lo que es especialmente beneficioso para los activos de mercados emergentes. «Prevemos que se deprecie entre un 3% y un 4% en los próximos seis o doce meses», comentan desde UBS.
Resultados y S&P 500
La evolución de los resultados empresariales es clave y el temor a un pico en los beneficios de las compañías del S&P 500 puede pasar factura a la evolución del índice y arrastrar el resto de bolsas. El fuerte impacto de la reforma tributaria en los beneficios del primer trimestre y los contundentes recortes en las estimaciones a consecuencia del temor a un freno económico han llevado al terreno negativo las estimaciones de crecimiento económico del primer trimestre de 2019. Crece el miedo a un ciclo recesivo de los resultados empresariales. «El momentum de resultados se ha colocado cerca de mínimos de 2016, desde donde debería rebotar si se confirma un cambio en las expectativas económicas (estabilización en los datos económicos europeos, acuerdo arancelario entre EEUU y China y anuncios de estímulos fiscales en China)», comenta Sánchez.
En EEUU, cerca del 90% de las empresas han publicado resultados, con un crecimiento de los beneficios del 13% en el cuarto trimestre respecto a un año antes. Desde la llegada de Donald Trump al Gobierno estadounidense el incremento ha sido cercano al 50% desde finales de 2016, aunque para 2019 el crecimiento esperado de los beneficios del S&P500 se frena drásticamente hasta el 4%, alertan desde Intermoney. En la medida que se confirmen, superen o no estas previsiones así reaccionarán los mercados.
A esto se une la dinámica chartista del índice S&P 500: Afronta un nivel clave en los 2.820 puntos, que supuso un triple techo en octubre, noviembre y diciembre. «Si se supera, seguirá entrando dinero de carteras cuantitativas que podrían llevarnos al máximo histórico, si se atasca, toca corrección. Esperamos un descanso entre los 2.700 y 2.650, y que luego retome la tendencia alcista», afirma Scholtes, de UBS.
Resultados en Europa
Con un 60% de compañías europeas que ya ha publicado resultados del ejercicio 2018, el balance de sorpresas positivas es del 44%, con una caída interanual de los beneficios del 1,5%. Los responsables de estas empresas han mencionado en sus presentaciones el deterioro de la actividad en los últimos meses y que esperan continúe en la primera mitad de 2019. Este deterioro se refleja en la caída de las valoraciones a través de la ratio PE Blended Forward a 12 meses durante 2018. «La recuperación registrada en este inicio de año vuelve a situar las valoraciones ligeramente por encima de su media de 10 años a la espera de catalizadores adicionales en los próximos trimestres», indica Sánchez.
Actualmente se sitúa en 13,61 veces, frente a las 13,18 veces de media histórica de 10 años con un máximo en 2015 en 17 veces y un mínimo en 11 veces en plena crisis del euro en 2011. En el caso del Ibex 35, el mayor peso del sector bancario y el mal comportamiento de este en 2018, mantiene la valoración según esta métrica en 11,5 veces frente a 12,20 de media. El mercado estará pendiente de la próxima reunión del Banco Central Europeo el 7 de marzo, para obtener información adicional respecto del debate del lanzamiento de un nuevo programa de Operaciones de Refinanciacion a largo plazo (LTRO), así como algún cambio en la facilidad de depósito en los próximos meses. El sector bancario, especialmente la banca italiana, parece haberse tomado bien los rumores sobre un nuevo programa de estímulos. Si el mercado consigue información certera sobre estos programas, los bancos y, por tanto, el Ibex deberían hacerlo bien en los próximos meses.
China
Los inversores vigilan de reojo a China. Las medidas de estímulo puesta en marcha y las que aún llegarán deberán frenar las señales de desaceleración de los próximos meses. El repunte en los precios de los metales industriales puede ser una señal de esa futura recuperación, por eso aconsejan vigilar el precio del cobre y el ISM manufacturero (ver gráfico adjunto).
Otras referencias
Otros elementos que vigilan los inversores son los diferenciales crediticios con grado de inversión (Investment Grade), como termómetro de las condiciones crediticias. Si no se relajan más, la subida de las curvas de deuda se contagiaría al crédito, aumentando (aunque sea moderadamente y aún en niveles muy confortables) los costes de financiación empresarial. UBS prevé que se mantengan relativamente estables.
Otro gran factor de riesgo en Europa es el Brexit. Las encuestas dan cierto apoyo mayoritario a la opción de evitarlo, lo que contribuye a reforzar nuestra expectativa de que al menos podrá evitarse un Brexit sin acuerdo. En tal caso, los activos europeos de riesgo, en especial los británicos, respirarían aliviados. No hay que perder de vista las encuestas.
Fuente: Expansion
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