Tras superar una dura crisis, la vivienda ha vuelto a convertirse en un valor refugio para los grandes y pequeños inversores en España, donde cuatro de cada cinco euros invertidos se destinan al ladrillo.
El elevado potencial de la vivienda como foco inversor se va a mantener, al menos, otros tres años más, según las estimaciones de los directivos de las principales inmobiliarias y promotoras del país, que creen que los precios de las casas seguirán subiendo, si bien, se encarecerán de forma más moderada de lo que lo han hecho hasta ahora.
Dejando atrás un 2018 de cifras históricas para la vivienda desde que estallara la burbuja inmobiliaria, el 2019 se plantea también como un muy buen año para el sector, con una subida estimada de los precios de entre el 5% y el 6%, según las estimaciones de CBRE.
«Este va a ser un ejercicio muy bueno para la promoción residencial, vamos a ver más proyectos, más ventas y entre todos vamos a entregar más viviendas. Además, las compañías cotizadas estamos descontando un porcentaje muy importante de nuestro valor por cuestiones macroeconómicas que no tienen nada que ver con los fundamentales de nuestro sector y esto supone una oportunidad para los inversores», explica David Martínez, consejero Delegado de Aedas Homes.
A esto se suma que «la oferta que hay ahora mismo de vivienda nueva es inferior a la demanda», apunta José Carlos Saz, consejero delegado de Habitat Inmobiliaria, que destaca que «los precios seguirán subiendo, el número de transacciones se incrementará y la rentabilidad del sector seguirá siendo superior a la de otros sectores. Por ello, todo apunta a que 2019 va a ser un buen año para invertir en el mercado inmobiliario». Concretamente, el último informe de BBVA Research prevé que la inversión en vivienda crezca un 5,5% este año y un 5,6% en 2020, tras cerrar el 2018 con un crecimiento del 6,2%.
El informe elaborado por la entidad señala que se espera que «la capacidad de la economía de seguir creando empleo y la persistencia de un escenario de tipos de interés bajos sigan favoreciendo el crecimiento de la demanda residencial, si bien a tasas algo más moderadas que las observadas entre 2014 y 2017, cuando la venta de viviendas creció a un promedio anual en torno al 15%».
Las buenas cifras que previsiblemente registrará este año la vivienda vendrán empujadas, no solo por el inversor institucional e internacional, también por el comprador local, que va perdiendo miedo al sector y empieza a comprender mejor al sector y se decide a entrar. «Cada vez hay más inversores en España, en nuestro caso, estos conforman ahora un 10% de nuestros accionistas», apunta David Martínez.
En la misma línea, Ricardo Sousa, consejero delegado de Century 21 España, destaca que «hay una fuerte demanda tanto nacional como internacional en todo el territorio y tenemos indicadores que nos confirman que esta tendencia va a continuar en alza en 2019»,
Además, a pesar de que hasta ahora ha sido la demanda de reposición la que ha ido tirando del mercado, empieza a asomar con menos timidez la de primera ocupación. «En los últimos años hemos asistido a la clara recuperación de una demanda muy particular, aquellos que habrían retrasado la compra con motivo de la crisis», explica el vicepresidente Ejecutivo del Instituto Coordenadas, Jesús Sánchez, que apunta que ahora «estamos asistiendo a los primeros movimientos de los más jóvenes, que mantendrán estable la demanda natural de vivienda durante los próximos años».
Instituto Coordenadas señala que la demanda de la obra nueva está a niveles superiores de la oferta existente, por lo que el sector aún tiene «recorrido» para cubrir ese déficit de vivienda de obra nueva que demanda el mercado y que calculan que se mueve entre los 120.000 y 140.000 hogares. A falta de los datos finales de 2018, el pasado ejercicio se construyeron, aproximadamente, la mitad de esta cifra de viviendas, lo que contrasta con las 580.000 nuevas casas que se construyeron en España en 2007.
Sin motivo de alarma
La subida que se viene registrando en el precio de la vivienda desde que empezara a repuntar en 2015 ha encendido la alarma de una nueva burbuja de la vivienda. Sin embargo, los expertos y directivos del sector aseguran que lo cierto es que España se encuentra lejos de esa situación.
«Las cicatrices de la crisis del ciclo pasado están todavía muy frescas y tendemos a pensar en burbujas, pero no hay ningún indicativo de que sea así», explica David Martínez. Esta es una visión que también comparte Juan Antonio Gómez-Pintado, consejero delegado de Vía Célere y presidente de Asprima y APCE, «categóricamente no hay burbuja, tenemos unos fundamentales clarísimos con un sistema financiero sano. Además, todos hemos escogido un camino de profesionalización, miramos hacia la industrialización y estamos acortando plazos».
En la misma línea, la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), asegura que todavía no hay elementos objetivos que den pie a pensar en la formación de una nueva burbuja. De hecho, el volumen de préstamos concedidos en los últimos 12 meses fue de solo 43.500 millones de euros, un 25% del importe registrado hace doce años y además, las entidades de crédito españolas conceden el 5,2% de los préstamos para la compra de vivienda de la banca de la eurozona, un porcentaje muy por debajo del 20% al que se llegó en 2006.
La compra de una casa es un 23% más barata que antes de la crisis
Según los últimos datos presentados por Fomento, el precio de la vivienda libre creció un 3,9% en el último trimestre de 2018 respecto al mismo periodo de un año antes, hasta situarse en los 1.619 euros por metro cuadrado. Esta es la mayor subida que se registra en 12 años, desde que en el cuarto trimestre de desde que los precios los precios se incrementaran un 4,8%. Con el valor de cierre de 2018, el coste del metro cuadrado se sitúa en niveles de 2012, si bien, Fomento destaca que la vivienda sigue estando un 23% por debajo de los precios máximos que se alcanzaron a principios de 2008, cuando se pagaban 2.101 euros por metro cuadrado de media en España.
Estos valores, por tanto, sitúan al país lejos de una burbuja inmobiliaria, ya que son solo algunas ciudades concretas, como Madrid y Barcelona, donde los precios están creciendo a doble dígito y situándose muy próximos a los máximos precisos, si bien su velocidad de crecimiento también se está moderando.
Fuente: Eleconomista
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