La incertidumbre política y económica y el efecto de la normativa europea MiFID II podría cambiar el entorno de la operativa bursátil.
Si hay una tendencia a la que se han sumado la mayoría de grandes mercados de valores es la caída de los volúmenes de contratación. Pero, como apunta guillermo Santos, de iCapital, el descenso es algo más acusado en España, debido a «la estrechez de su mercado». Las causas de esta merma en la actividad bursátil son varias y en ellas coinciden factores tanto coyunturales como estructurales. Pero todo apunta a que el nuevo orden bursátil va a estar marcado por la baja actividad.
Las incertidumbres políticas han dejado a los inversores sin las cosas claras para invertir. La caótica deriva del Brexit, junto a la política comercial que mantiene EEUU contra China y la aparición de los populismos en Europa, que amenazan con ralentizar la Unión Europea, unen fuerzas con la desaceleración económica para mantener alejados a los inversores de los mercados de valores.
MiFID II
Estos factores puntuales vienen a profundizar el efecto de otros de mayor calado. El más repetido por los expertos es el de la nueva normativa MiFID II, que entró en vigor en enero del año pasado, como una de las principales causas. Un operador explica que el proceso de cambio regulatorio «restó mucho tiempo a los gestores, ya que tuvieron que centrarse en temas administrativos y de cumplimiento normativo que en la propia gestión».
Incluso, cree que con la nueva normativa a pleno rendimiento, su impacto se notará aún más, en lugar de difuminarse. Una de esas tareas, a juicio de algunos expertos, es la obligación de justificar la mejor ejecución en las operaciones de compra-venta de valores.
Gestión pasiva
Otra cuestión de fondo es el auge del Trading de Alta Frecuencia (HFT, por sus siglas en inglés). La inversión automatizada a través de logaritmos «empieza a hacer cada vez más estragos», según fuentes del mercado. Su efecto se ve en las fuertes oscilaciones de los mercados «en cuestión de minutos, lo que retrae muchas veces la decisión del gestor hasta que no vea oportunidades más claras».
El HFT y la gestión pasiva, además de influir en el volumen de negocio, también está condicionando e horario del grueso de las operaciones. Los operadores observan que prácticamente la mitad del negocio se realiza en la última hora de negociación y, sobre todo, en los poco más de cinco minutos que dura la subasta de cierre.
Una de las razones reside en que los fondos indexados concentran sus operaciones al final de la sesión para ajustarse lo más posible al precio final de los valores, según explica Ignacio Cantos, director de Inversiones y Renta Variable.
Otra, la escasa liquidez de algunos valores. Juan José Fernández-Figares, director de Análisis de Link Securities, explica que la falta de volumen en muchos valores a lo largo de la sesión provoca horquillas muy amplias y fuertes variaciones en los precios, por lo que en la subasta de cierre se puede cerrar una operación a un precio determinado con mayor facilidad. «Además, los grandes inversores aprovechan apara realizar ajustes de cartera», añade Fernández-Figares.
El solapamiento de los últimos minutos de la sesión en Europa con el arranque de Wall Street también determina las decisiones de los inversores, de tal forma que, como observa Javier Niederleytner, profesor del máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB, «buena parte de los traders se mueven en torno al ritmo que marca el mercado estadounidense». Es decir, esperan a contar con la referencia que supone Wall Street antes de operar.
Sin duda, esta nueva forma de tomar decisiones de inversión va a tener consecuencias. La más inmediata, según Fernández-Figares, es que el bajo volumen resta cierta credibilidad a las alzas que han experimentado las bolsas a comienzos de año.
Fusiones
Además, podría cambiar el entorno bursátil tal y como lo conocemos. La menor actividad en los mercados financieros lleva a movimientos corporativos en el sector, según algunos operadores, que ponen como ejemplo la guerra de ofertas por la Bolsa de Oslo que mantienen Euronext y la estadounidense Nasdaq.
Por otra parte, sociedades las gestoras de las bolsas intentan potenciar otros negocios alternativos, como las plataformas de fondos «con las que operar con ellos como si fueran acciones» o el desarrollo de plataformas centradas en el trading para el inversor minorista.
Esta adaptación también llegará a los intermediarios bursátiles, entre los que probablemente habrá fusiones con el objetivo de optimizar costes y rentabilizar al máximo la inversión en nuevas tecnologías, según apunta Niederleytner.
Los expertos coinciden en que la mejora del panorama político y económico podría ayudar a los volúmenes de negociación. Santos apunta que una mejora de los resultados trimestrales durante un periodo más o menos sostenido impulsaría la negociación «debido a que aportaría visibilidad de cara a una favorable evolución de las cotizaciones».
Sin embargo, otros analistas consideran que este repunte en la contratación sería insuficiente para impedir los cambios que se avecinan en el sector.
Fuente: Expansion
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