Huelga decir que el Eurostoxx formó el techo de su ciclo de 40 días sólo dos días después de la fecha pronosticada por la onda sinusoidal. De hecho, el índice europeo no logró un cierre por encima del máximo marcado ese día.
El caso es que después hemos asistido al despliegue de la fase descendente, en cuyas garras todavía sigue atrapado el precio.
Ahora bien, el retroceso de la cotización se detuvo al entrar en escena el ST, previsto para el 28 de julio. Desde entonces, el Eurostoxx ha forjado un rebote que, sin embargo, ha carecido del empuje necesario para provocar un cambio de fase cíclica.
Dicho esto, se me antoja que la rotura del máximo constituido el viernes debería acarrear la entrada del ciclo en su fase ascendente. Por el contrario, en caso de que las ventas se reanuden, cabe pensar que el precio cursaría una segunda visita al soporte que anida entre 3.526,51 y 3.503,49.
Después, empezó a crecer en mi interior la convicción de que me faltaba una pieza para completar el rompecabezas. Esa pieza era el factor tiempo. Gracias al magisterio de W.D. Gann y J.M. Hurst conseguí dotar a mi sistema de coherencia.
Soy editor de www.bolsayciclos.com
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