Nunca fui muy ducho en las lenguas clásicas, siempre fui una persona de números, pero sí recuerdo algunas locuciones en latín y griego todavía.
También recuerdo que me daba dolores de cabeza estudiar alguna de estas materias, y como en todas las clases, había unos que lo hacían bien, otros regular, y otros directamente no lo hacían y buscaban soluciones paralelas, tratando de conseguir el mismo resultado con un atajo, ya fuese consiguiéndolo de los primeros, o negociando de unas formas u otras con los profesores.
Al final, a diferencia de lo que sueles pensar cuando eres niño, los maestros saben bastante más que tú, y te ven venir desde antes de empezar el curso, y finalmente, por norma general, los buenos estudiantes tienen buenos resultados, y los malos estudiantes, malos resultados, aunque luego los achaquen a manías u otras excusas clásicas, todo menos aceptar las consecuencias de los actos propios.
Nunca me han gustado mucho los culebrones, pero llevo ya muchas semanas oyendo todos los días en la oficina, con las noticias de Bloomberg TV, información detallada sobre el famoso tema de Grecia, hay acuerdo, no hay acuerdo, se quedan o salen del Euro, que dimiten o que no, si se ponen la corbata o se la quitan.
Como en un colegio, hay buenos estudiantes y hay malos, en ocasiones, los segundos quieren vivir de los primeros, ya sea copiando sus exámenes, o pidiendo rescates a sus vecinos, pero al final las pataletas llegan cuando se entregan las notas, y al llegar a casa toca lidiar con los padres. Los padres tienen paciencia infinita, o casi, porque llega un momento en el que, o se aceptan las medidas que ponen (pensando siempre en lo mejor para nosotros), o te echan de casa, y ahí es, cuando te ves fuera del Euro y sin nada para pagar las pensiones, sin dinero que retirar en los bancos, que te merece más la pena acatar y hacer los deberes, que seguir tratando de vivir por las vías paralelas.
Nunca me ha gustado tampoco predecir el futuro, no suelo acertar y no suele generar buenas amistades, sin embargo, pienso que finalmente, aunque sea en la convocatoria de septiembre, las cosas saldrán adelante, se aceptarán todas las condiciones, aunque sean dolorosas, y se avanzará hacia una Grecia mejor, un Euro mejor y una Europa mejor, y entre todos, pasaremos de curso.
Y quien algo quiere, algo le cuesta, y este sufrimiento no es en vano, y algo aprenderemos todos sobre esto:
Páthei máthos, en el sufrimiento, una lección.
Un saludo.
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