Esta mañana el presidente del banco central europeo ha dicho en rueda de prensa que el primer “movimiento” del QE europeo se llevara a cabo el próximo lunes 9 de Marzo.
Pero primeramente me gustaría ponernos en contexto, y para ello hay que decir que Draghi anuncio el pasado 26 de enero el llamado “quantitative easing” europeo, que no es más que un programa de compra de activos a gran escala (por importe de 60.000 millones de euros al mes), y cuyo periodo se concentraría desde el presente mes de Marzo hasta el mes de Septiembre de 2016 (con una eventual ampliación si la evolución de la inflación resultase insatisfactoria).
Los activos que se usarían como garantía serían deuda de emisores soberanos, de agencias públicas y supranacionales con vencimientos entre 2 y 30 años (entre los que también se incluyen los de tipo revisable e incluso rendimientos negativos).
Poniendo todo esto en perspectiva, hay que saber que cuando se pone en marcha un QE, el banco central establece cuánto dinero está dispuesto a “imprimir”, pero la idea que subyace detrás de ello es una relajación de las condiciones de crédito para que los bancos comerciales presten más.
También se suele escuchar hablar del tamaño del balance de un banco central, sabiendo que se corresponde con la cantidad de dinero que este “imprime”; para ello, la mayoría de bancos centrales recurre a la compra de bonos, pero también pueden optar por comprar activos directamente de un banco en cuestión.
El balance del Banco Central Europeo históricamente se ha basado en lo que se puede llamar “bajo demanda”, porque en vez de “imprimir” dinero e insuflarlo a la economía, lo que hacía era proveer de líneas de crédito a los bancos (garantizadas mediante colateral).
He aquí un gráfico ilustrativo de los balances de los bancos centrales más importantes junto con la previsión del incremento en el tamaño de la del BCE tras el comienzo del QE:
En lo que nos atañe, las peculiaridades del QE europeo, Draghi está buscando dar un último impulso a la difusa recuperación económica europea, pero usando la caída en la de los precios europeos (deflación) como excusa para ponerlo en marcha, dado que su mandato establece que es su responsabilidad mantener la estabilidad de precios, y en el último año ha perdido la posibilidad de mantener una inflación por encima del 2%, porque ciertamente es muy complicado generar un escenario inflacionario cuando los bancos comerciales están imposibilitados o no quieren prestar dinero a la economía real.
He aquí un gráfico ilustrativo de la evolución de las expectativas de inflación en la eurozona:
De tal modo que la compra masiva por parte del BCE de bonos generará un exceso de liquidez, que junto con el estado actual de tipos de interés negativos para los depósitos de las reservas de dinero en el BCE, establecerá las condiciones idóneas para que fluya el dinero hacia la economía real.
Sabiendo que existe la particularidad de que el BCE pueda comprar bonos con tipos negativos, lo que provocara pérdidas para la entidad, esto no supone un escollo para su aplicación práctica.
Y para terminar me gustaría hacer un inciso sobre la implicación de este QE en la “tormenta perfecta” en la que está inmersa nuestra divisa comunitaria, puesto que la puesta en marcha de este “quantitative easing” europeo ejercerá aún más presión bajista sobre el euro, lo cual tendrá implicaciones inflacionarias sobre la economía, y los planes del Sr. Draghi saldrán beneficiados por ello.
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