Madrid, 2 nov (EFECOM).- El próximo martes comienza a operar el Mecanismo Único de Supervisión Bancaria (MUS), bajo cuya vigilancia entran 128 bancos de la zona del euro, quince de ellos españoles, que a partir de ahora tendrán que obtener el visto bueno de este organismo para sus compras en el extranjero o su política de dividendos.
Una vez concluido el examen a los bancos llevado a cabo por el Banco Central Europeo (BCE) y la Autoridad Bancaria Europea (ABE), la nueva supervisión echa a andar como primer paso de la unión bancaria.
El MUS lo forman los bancos centrales de los 18 países de la zona del euro -que serán 19 cuando se integre Lituana- y por el Banco Central Europeo (BCE), que se ha reforzado con unos 1.000 profesionales, de los cuales 750 son supervisores y otros 250 están en áreas comunes o transversales.
Del Banco de España han salido unos 100, según fuentes del propio organismo.
Al frente del MUS está un Consejo de Supervisión integrado por los representantes de los supervisores nacionales y seis miembros del BCE; de este modo, los votos de cada país tienen exactamente el mismo peso.
Del mismo modo que el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, forma parte del Consejo de Gobierno del BCE, el subgobernador, Fernando Restoy, se incorpora al Consejo de Gobierno del MUS.
La estructura de supervisión se divide en tres áreas fundamentales, lo que para las entidades españolas supone que de las quince entidades españolas sometidas al MUS -que serán catorce cuando finalice la integración de Catalunya Banc en BBVA-, las cuatro de mayor tamaño -Santander, BBVA, La Caixa y Bankia- entrarán en el primer grupo de supervisión directa, que en el conjunto de Europa son 30.
En el segundo grupo se incluyen otras 90 entidades europeas, y de España el Popular, Sabadell, Liberbank, Grupo Cajamar, BMN, NCG Banco (Abanca), Kutxabank, Unicaja, Ibercaja y Bankinter.
Un tercer ámbito de supervisión se ocupa de las entidades que permanecen bajo el paraguas directo del Banco de España, que en toda Europa son unas 3.500 y en España 81, la mayoría de ellas cooperativas de crédito, indican fuentes del Banco de España.
Una cuarta pata se encarga de organizar los equipos de inspección y de labores de apoyo de forma transversal .
En la práctica será un equipo de supervisión o JST (joint supervisory team) el que realiza el seguimiento de cada entidad, con equipos «on site», in situ o empotrados en cada banco, la mayoría de ellos nacionales del país, pero no exclusivamente ni obligatoriamente.
El 80 % de los supervisores que pertenecen a un JST son nacionales; de ellos, el 90 % pertenecen al Banco de España y el 20 % restante, al BCE. Aunque la mayoría de los miembros de estos JST serán nacionales del país, se tenderá a la homogeneización de criterios entre los distintos JST.
El número de supervisores asignado a cada entidad depende del tamaño de ésta, y oscila entre 5 a 32 si son del Banco de España, y entre 1 y 10 si son del BCE; es decir, que los dos grandes bancos, Santander y BBVA, pueden tener hasta 42 inspectores cada uno. Para dar más agilidad a los procedimientos, en las entidades de gran tamaño, no habrá un solo equipo sino dos.
Aparte hay un amplio campo de actividades cuya supervisión recae principalmente en el Banco de España pero con matices; por ejemplo, las entidades que realicen compras en el extranjero, tendrán que informar a su supervisor nacional pero la operación la tendrá que autorizar también el BCE.
También está incluida aquí la política de dividendos, donde lo lógico es que no haya diferencias entre las entidades a las que supervisa el MUS y las que no.
El Banco de España, o el banco nacional en cada caso, conserva la potestad sancionadora, excepto en aquellos casos en los que la legislación europea sea directamente aplicable, cuando se trate de directivas comunitarias ya traspuestas.
Fuera de la competencia del BCE quedan entidades como la Sareb, las sociedades de garantía recíproca, los establecimientos financieros de crédito, las sociedades de tasación y las fundaciones de los bancos. Tampoco se ocupa de protección del consumidor.
Por lo que respecta a los costes, el MUS lo pagan las entidades, las grandes y las pequeñas; aproximadamente un 10 % son costes lineales, y del 90 % restante, la mitad depende del volumen de activos y la otra mitad de los activos ponderados por riesgo. EFECOM
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