Instagram es la red social del momento. Con más de 200 millones de usuarios, la filial de Facebook es la red social que más crece en la actualidad (más de un 20%) superando holgadamente a otras como LinkedIn, Twitter o su propia matriz, Facebook.
Lo cierto es que Instagram ha convencido tanto a usuarios «normales», como a emprendedores y pequeñas empresas, pasando por grandes compañías o celebrities del deporte, la música o el cine. ¿Qué tiene Instagram para haberse ganado el favor de todos ellos?
En primer lugar, Instagram nació como una aplicación para dispositivos móviles. La aplicación de Systrom y Krieger supo acaparar una cuota de mercado (los usuarios de dispositivos móviles) y una temática (red social centrada en fotografías) que aún no existía en el mercado. Se podría decir, en cierta medida, que Instagram tuvo casi desde el principio mucho terreno ganado en un sector tan importante como es el de los dispositivos móviles. Ante el peligro que se avecinaba, obviamente Facebook optó por sacar la chequera.
La celebración de la cultura de la imagen. Instagram es toda una oda al mundo actual, en el que lo que más prima, lo queramos o no, es la imagen. No se trata solo de mostrar tus fotos, se trata de la posibilidad de retocarlas desde la propia aplicación, de formar parte de los Instagrammers, los amantes de las fotografías en formato cuadrado. Si las redes sociales son las reinas de la comunicación, Instagram sería algo así como el adalid de la cultura de la imagen.
Por otro lado, Instagram es un gran recurso para emprendedores. Tanto empresarios individuales como ‘Pymes’ o grandes empresas tienen en Instagram un canal inmejorable donde mostrarle al público aquello que deseen sin realizar un desembolso económico. ¿Podría existir mejor táctica de marketing que esa? Instagram no se reduce a simples fotos, sino que en un perfil tienen cabida líneas de ropa, catálogos, premieres de productos, promociones, concursos, bonos, posters, anuncios de eventos… Las posibilidades son infinitas y la libertad creativa, absoluta.
Otro de los secretos del éxito de Instagram es su diseño funcional. Para hacerse una idea del concepto de funcionalidad que sus creadores buscaban, baste con saber que a Systrom y Krieger les bastó con un boceto con papel y lápiz y 4 horas de diseño para decidir el aspecto y funcionalidades de la página.
Por último, habría que citar al propio ego del usuario. Se supone que a los usuarios que usan Instagram les gusta la fotografía. Y a todo aquel que le guste la fotografía, reconocerá el placer que se obtiene cuando sus fotos son admiradas. También se puede dar el efecto contrario, que en vez de fotografiar, alguien guste de ser fotografiado. En ese caso, si se trata de tener un público amplio, ahí están los más de 200 millones de usuarios de Instagram, dispuestos a darte una oportunidad.
Por mi parte, tengo que reconocer que me alegro del meteórico éxito de Instagram. En un terreno a la vez tan saturado y oligárquico como el de las redes sociales, ha conseguido abrirse paso con ideas simples e innovadoras y avances constantes.
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