7 de Julio, 2014
Gemma Sebastián
El desenlace del culebrón Gowex ha sido corto y trágico, no sólo para los cientos de accionistas institucionales y minoritarios que han quedado atrapados en la acción, sino también para la credibilidad del MAB (mercado alternativo bursátil), de los reguladores del mercado y de nuestro sistema financiero nacional en general.
Todo empezó el pasado martes, primero de julio, con el desplome de Gowex tras la publicación de un informe de valoración demoledor de la agencia Gotham City, que declaraba que la compañía proveedora de wifi valía 0.
Tras una segunda sesión de agonizante sangría, finalmente la acción quedó suspendida de cotización a partir del pasado jueves 3 de julio . En el transcurso de esos últimos días de la semana, hubo diversas declaraciones por parte de la empresa, asegurando la falsedad del informe de valoración de Gotham y reafirmando la veracidad de sus cuentas, auditadas por M&A Auditores, esos gran desconocidos hasta ahora, que van a pasar a la historia sumándose al carro del delito mercantil. Gowex tuvo el descaro de tratar de dar confianza manifestando la intención de contratar a otra auditora de prestigio que avalara su palabra.
En tanto, la CNMV, pese a que su rol no es el de regulación del MAB, dada las circunstancias de descrédito para el sistema, intervino e inició una investigación a Gotham City, tratando de buscar un abuso de mercado por parte de la agencia de research que le eximiera, en mi opinión, de la irresponsabilidad de no haber velado lo suficiente por la seguridad el mercado. Ya sea alternativo o no, el hecho es que se ha demostrado que requiere la misma exigencia de trasparencia que el mercado continuo y que el IBEX35.
Finalmente, Jenaro Garcia Martin, máximo responsable de Gowex ha confesado en la madrugada del sábado 5 al domingo 6 de julio, que las cuentas de la compañía efectivamente eran falsas y ha presentado su dimisión, por lo que la compañía inicia el proceso de concurso de acreedores y el valor no verá mañana la luz…esa luz con la que el lunes pasado, hace tan solo una semana, brillaba en torno a los 20 eur por acción.
Como comenté en mi anterior artículo, publicado tras el inicio de la debacle del martes “Facephi dobla y Gowex de rebajas al 50%, los riesgos del MAB”, el varapalo en Gowex ya puso de manifiesto, desde esa misma jornada, el extremado riesgo que entraña el mercado alternativo. Enumeré en dicho artículo una serie de factores que dibujan esa prima de riesgo adicional sobre las compañías que lo conforman: el hecho de ser startups sin histórico ni certeza de alcanzar el éxito, tener poca capitalización, ser muy vulnerables y estar poco cubiertas por analistas. Pero sinceramente, no pensé que tuviera que incluir un riesgo adicional, aquél axiomático y sólo mencionable en una sociedad donde el fraude esté normalizado: el riesgo de que la empresa sea un fiasco, que falsee sus cuentas y que el regulador ni se entere…
Lamentablemente, considero que este capítulo no va a ser uno más de los que engrosen la lista de trapos sucios en el mercado español y creo que el MAB lo va a tener muy crudo para trasmitir trasparencia y otorgar confianza a los inversores después de esto. El sueño de empresas jóvenes que se lanzan y que minoritarios puedan apostar por su talento desde una fuente alternativa de captación de fondos, queda en entredicho si la CNMV no vela por los intereses de los inversores y por la honestidad del sistema. Quizás obligue a que vuelvan a ser sólo empresas de capital riesgo ó business angels las que, como inversores relevantes y mayoritarios, participen en la financiación de nuevas empresas, eso sí, metiéndose en la gestión y exigiendo la trasparencia que ni BME ni la CNMV han sabido hacer.
No quiero meterme en los zapatos de un inversor extranjero y hacer un resumen de hechos de los últimos años en España, porque si lo hago, me encontraría con una justificación para desconfiar de España, y me da vergüenza y rabia volver a quedar como una república bananera si recuerdo que:
Bankia, la mayor entidad financiera nacional pone en jaque al sistema financiero, que por elevar su riesgo sistémico hasta la capacidad de hacer quebrar el país es intervenida y salvada. Posteriormente, es privatizada mediante la colocación a minoritarios de unas acciones que han hecho perder a jubilados, pensionistas y trabajadores de clase media más de la mitad de la capitalización bursátil con la que salió a bolsa. Para arreglarlo, emiten unas acciones preferentes que colocan a la misma tipología de inversores y que hacen astillas del árbol caído.
Pescanova, la gallega que sacudida por la crisis , como todas la compañías a nivel general , pasa por dificultades, encuentra todo tipo de apoyo, incluso el “romántico” por parte de la prensa para salvarla. Encuentra re-financiación, tanto de inversores mayoritarios, como grupo Damm, como por entidades financieras que se lanzan a un acuerdo para facilitar el reflote de la empresa. Sin embargo, se destapa que la compañía falsea la contabilidad, tiene casi un 90% se las ventas cruzadas con empresas propias instrumentales y que Manuel Fernández de Sousa, hijo del fundador y máximo responsable de la compañía, vendió la mitad de sus acciones los tres meses previos al preconcurso.
La seda de Barcelona. Otro caso de corrupción por el que el fiscal pide 27 años y 6 meses de cárcel al expresidente, Rafal Español, por presuntamente “desvalijar” a la empresa en más de 12 millones de euros. Nuevamente otro entramado de empresas emitiendo facturas falsas entre ellas para declarar una cifra de negocio inexistente. Además el imputado pasaba cuantiosos gastos personales como gastos de negocio en la empresa. Nuevamente, miles de accionistas minoritarios enganchados con acciones suspendidas de cotización, por las que, lo más probable, no vayan a recibir nunca nada.
Y no voy a agregar a la lista la relación de partidos políticos que han malversado fondos. Ni tampoco recordar que hasta el cuñado del Rey de España también montó otro chiringuito con entramado de empresas propias para emitir facturas falsas y malversar…que por cierto, si hubiera existido el MAB cuando la constituyó, ¿habría tenido la desfachatez de sacar Noos a Bolsa…?
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