Tenía desde hace tiempo una cuenta pendiente con ‘Ingress’. Desde que me mandaran la invitación para unirme hace casi un año, siempre he pensado que es una aplicación de la que merecía la pena hablar. Con sus aciertos (muchos) y errores (cada vez menos), ‘Ingress’ es un producto novedoso, innovador y lo más importante, que funciona.
Para los que aún no sepáis qué es ‘Ingress’, os adelanto que es un juego de realidad virtual/realidad aumentada creado por Niantic Labs en colaboración con Google. Pero, ¿en qué consiste exactamente?
Únete a los Iluminados o a la Resistencia
La premisa del juego es sencilla. Al comenzar a jugar, elegimos uno de los dos bandos: Iluminados o Resistencia. Nuestra misión será, simple y llanamente, ayudar a nuestro bando a apoderarse del mundo de una forma virtual. ¿Cómo? Conquistando portales.
Los portales están situados en lugares reales, en calles, plazas, monumentos, mercados…etc, y para poder controlarlos necesitamos instalar en ellos unos objetos llamados resonadores. Esto se realiza acercándose al lugar en cuestión en el mundo real y, una vez lo enfoquemos con nuestro terminal Android, será escaneado y podremos verlo. Para realizar estas acciones necesitaremos la llamada materia oscura, la energía del mundo virtual de Ingress. Por supuesto, tan importante como conquistar nuevos portales es proteger adecuadamente los que ya tenemos con objetos y escudos.
Una vez hemos controlado un portal podemos unirlo a otros portales mediante resonadores, creando nuestra propia red de portales en nuestra área de acción. Hay que señalar que, depende de donde vivamos, pueden existir más o menos portales (donde más hay, evidentemente es en las grandes ciudades). De todas maneras, se puede pedir a Niantic que abra más portales e incluso tengo entendido que puede abrirlos uno mismo.
La importancia de la comunidad
Dicho así parece un intento muy limitado de realidad aumentada, pero una vez comenzamos a jugar las posibilidades son enormes gracias a la propia comunidad de jugadores. Hay que tener en cuenta que existe gente que se toma muy en serio Ingress, que forman equipos y que incluso se gastan bastante dinero por mantener una red de portales.
Me explico: se ha llegado a dar el caso de tener que unir dos portales entre dos continentes distintos, ya que la persona que une ambos portales, debe visitar los dos lugares físicos en la vida real. Bien, pues esas uniones se llevan a cabo, lo que quiere decir que alguien ha hecho ese viaje, quizá exclusivamente por Ingress. De hecho, una encuesta ha reflejado que un 3% de los jugadores de ‘Ingress’ han tomado un avión para mantener o crear portales y más del 20% ha gastado dinero por el mismo motivo.
Y es que las opciones son casi infinitas. Puedes comenzar tu propia red de portales e ir ganando materia oscura para crear una red cada vez mayor, o puedes atacar portales enemigos que no dejan seguir creciendo tu red. Porque esa es otra: los agentes enemigos abren portales que pueden cortar la progresión de tu equipo o, si no mantienes tus portales, acabarán siendo capturados por el enemigo, por lo que deberemos visitar asiduamente los portales que hemos abierto.
Un juego que cambia la vida
Puede parecer una afirmación exagerada, pero cuando comienzas a jugar a ‘Ingress’ y te das cuenta realmente de sus posibilidades, tu vida cambia, en mayor o menor medida. El efecto más evidente es que vas a caminar mucho más. La mayoría de portales están bastante próximos el uno de otro pero cuando tenemos una red importante de portales que mantener, las caminatas van a ser importantes.
Visitarás sitios a los que nunca hubieras ido solo porque allí hay un portal enemigo que quieres hackear, pondrás resonadores en cualquier sitio de los que visites, te obligarás a hacer footing o montar en bici para mantener tus portales en orden, aparcarás en doble fila solo porque hay un portal en el que recoger energía y objetos…
Una sensación extraña
La sensación que provoca ‘Ingress’ es extraña. Sabes que no es más que un juego, una aplicación que instala y une coordenadas, pero llega un momento en que parecemos ver los gráficos de nuestro dispositivo móvil en el mundo real. Parece que podemos tocar el portal que hay en la catedral de “X” ciudad y que podemos ver las redes que lo unen con todos los portales de alrededor.
Además, estamos rodeados de jugadores de ‘Ingress’. Jugadores que continuamente intercambian mensajes por la plataforma, que estudian tácticas, que se hacen favores para mantener portales, que planean ataques conjuntos contra redes enemigas, o que, simplemente, ofrecen su ayuda cuando están de paso en algún sitio. Todos esos jugadores son reales, como tú y como yo, y pueden estar al lado tuyo. Alguna vez me ha sorprendido un cruce de miradas demasiado sospechoso… posiblemente fuera un agente enemigo.
Las implicaciones sociales y comunitarias que tiene Ingress son enormes. Se diseñan operaciones a gran escala con unas logísticas complicadísimas, se crean pequeñas facciones que hacen guerras de guerrillas, e incluso existen agentes dobles.
Es cierto que, para poder avanzar o construir redes importantes en el juego, se necesita tiempo y dedicación, pero no está de más tampoco echarle un vistazo y probar a crear algunos portales por nuestra cuenta. Eso sí, si vamos a dejarlos abandonados es conveniente dejarlo claro por mensaje; hay gente que se toma ‘Ingress’ muy en serio y con vuestro abandono podríais estar rompiendo una infraestructura de redes que costó mucho tiempo crear.
Reseñar que recientemente se ha añadido un sistema de logros que la comunidad demandaba desde hace tiempo. Ah, y que está disponible para Android y en breve lo estará para terminales Apple.
¿Conocíais Ingress? ¿Qué os parece?
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