Hace un par de semanas el premio Nobel de Economía y Príncipe de Asturias Paul Krugman publicó un artículo explosivo en el New York Times en el que vaticinaba con exactitud que Grecia sería expulsada del Euro, que en España e Italia habría un corralito y que ante esta situación o bien Alemania aceptaba grandes sacrificios o se acabaría el euro. Si tienen un minuto lean esta joya en este link:
Este es sólo un ejemplo, desde el inicio de la crisis, innumerables Gurús se han dedicado a proyectar desastres para la zona euro y para algunos países, especialmente Grecia, Italia y España.
¿A qué o a quién ayudan estos vaticinios fatídicos? ¿No pueden dedicar sus privilegiadas mentes a buscar soluciones en vez de hundirnos aún más? Es indudable que estas declaraciones de tan insignes personalidades no sólo no sirven para nada sino que incluso por la fuerza del “autocumplimiento”, hacen que la gente entre en pánico y siga sus premisas. Es similar al funcionamiento de los bancos, que funcionan por la confianza de sus depositantes entre otras cosas. Un rumor maligno puede acabar con el banco más saneado si los depositantes reclaman su dinero, puesto que no tienen disponible todo el dinero de sus clientes.
Pero volvamos a Krugman. Él actúa movido por los intereses de su país. Sus mensajes no son gratuitos. No se levanta de mal humor ni se fuma algo y se pone a escribir profecías: Él es contrario al euro, siempre lo fue. El mercado de divisas en Estados Unidos es uno de los más importantes y mueve muchos intereses, del control de su divisa depende el futuro de su economía. Las palabras de Krugman sirvieron para apuntalar un poco más la cotización del euro/dólar que bajo a visitar en los días siguientes la zona 1,27 .
Los gurús del desastre, las temidas agencias de rating, los supuestos valoradores independientes que tienen demasiados intereses en España a través de sus fondos de inversión, todos responden a un mensaje concertado que favorecen los intereses de las manos fuertes en los mercados que nunca vemos y que se esconden en los grandes despachos de Wall Street.
Vean las declaraciones de este europarlamentario inglés: Nigel Farage. Otro exaltado y cenizo euroescéptico que aprovecha su ocasión. Pero al menos este Sr. dice verdades como puños. Es una de las intervenciones más increíbles que he oído de un parlamentario. El video está subtitulado y apenas dura dos minutos y medio.
Es el sistema en que vivimos. El capital derroca Gobiernos, se impone a la soberanía de los pueblos. La prima de riesgo (diferencial del bono alemán a 10 años con el resto de bonos) es el mayor invento de los alemanes para ponernos el yugo a todos los que no pasamos por el aro.
Nuestros Gobiernos acaban pareciendo marionetas, absorbidos por la voluntad de los mercados. Parece que no entienden que un país es muchas más cosas aparte de cumplir con el objetivo de déficit.
¿Podemos pedirle a nuestros políticos que no se rindan? El problema es que nuestros políticos se preocupan más por defender su status quo, los privilegios que les da el sistema y sólo miran por conseguir o permanecer en el poder y no por el interés de todos. Es necesaria una renovación de la clase política sino queremos que aumente el número de aquellos que deciden no votar, porque no se ven representados. O los políticos cambian y se ajustan a lo que quiere el pueblo o las plazas se van a llenar no sólo de indignados, sino de cabreados.
En cualquier caso, hay que negarse a creer que nuestro destino es una tragedia griega a la que estamos abocados. El destino se cambia a fuerza de voluntad y lucha y hay que confiar en nuestro potencial y revelarse contra los gurús del desastre. Somos profesionales y luchadores y si confiamos en nuestras posibilidades siempre saldremos adelante. Por decirlo en modo twitter: #stopcenizos.
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