La expresión «los mercados son yonkis de la liquidez de los Bancos Centrales» no la he inventado yo, pero podría firmar debajo tranquilamente solo con un pequeño gran matiz: yo diría «los mercados son yonkis de la liquidez de los Bancos Centrales o eso nos quieren hacer creer».
Ahora puede haber algún usuario que piense, ¿a quién se refiere éste cuando dice que «nos quieren hacer creer», a los mercados o a los Bancos Centrales? Pues no lo voy a aclarar, más que nada porque a veces estoy convencido de que son unos, a veces los otros y a veces que van de la mano, y la mayoría de ocasiones gana ésta última.
Desde luego, llevamos ya varios años en que los mercados esperan ansiosos su dosis de metadona (siguiendo con el símil); primero fue la FED (la Reserva Federal Americana) con continuas caídas de tipos y compras de activos (QE’s) y luego su homónimo en la zona euro, el BCE (Banco Central Europeo) con medidas similares; sin olvidar que el Banco de Japón, el Banco de Inglaterra o los de los países nórdicos de Europa han seguido en la misma línea.
Cada noticia macro negativa (paro, confianza del consumidor, fabricación…) se podía y todavía se puede interpretar desde dos puntos de vista: la buena, entendiendo como que la economía mejora, y la mala, entendiendo como que retrasaría medidas de estímulo, y casi siempre ganaba la última. Dicho de otra forma, el mercado espera que ocurran acontecimientos negativos para que se puedan implementar medidas que las subsanen, ¿estamos locos?, esto es el equivalente a decir, «espero romperme un brazo porque necesito el contacto de las vendas en mi cuerpo».
En el siguiente gráfico se puede apreciar como hay cierta correlación entre actuaciones monetarias expansivas con subidas de bolsa, especialmente a corto plazo, para luego ir desinflándose hasta que realmente la economía está mejorando.
Actualmente, el mercado está mirando con lupa la decisión de la FED de subir tipos de interés en su reunión de diciembre, algo en lo que hay diversidad de opiniones en cuanto a grandes economistas, aunque, sin mencionar nombres, los que no quieren la subida se encasillan dentro de los que ven una economía más intervencionista, mientras que los que sí la reclaman están dentro de una corriente más liberal. ¿Mi opinón? Sin ser un experto en análisis macroeconómico parece que lo más lógico viendo niveles de paro y de inflación (especialmente la subyacente que no tiene en cuenta precios de la energía) es una subida de tipos gradual, de lo contrario una nueva burbuja con su posterior explosión es muy amenanzante.
La lógica nos dice que esta subida no tiene porqué afectar a los mercados, y si lo hace debería ser para bien (obviando movimientos a corto plazo provocados por ruidos). Lo más parecido a esto podría ser el fin del QE3 en EEUU donde vemos como la tendencia alcista continuó tanto en la bolsa norteamericana como europea.
La explicación es sencilla: el dinero inyectado que no va a las familias y empresas, puede haberse ido más a la renta fija que a la renta variable, creciendo la primera por pura burbuja especulativa y la segunda por crecimiento empresarial. El tiempo lo dirá; y como siempre lo que nos puede proteger de estos movimientos, acertemos o no (bola de cristal no tenemos nadie), es tener una estrategia con limitación de pérdidas.
@luisgarcialanga
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