Desde que la deuda de Telefónica tocó su pico en los 52.568 millones de euros a cierre del primer semestre de 2016, el pasivo de la teleco se ha reducido un 17% -casi 9.000 millones-, quedando en los 43.593 millones a cierre del primer semestre. Este esfuerzo no se ha visto recompensado en su comportamiento bursátil, con sus acciones cotizando en mínimos de 2002 tras una caída del 18% en 2018.
Su deuda es 8.900 millones superior a su capitalización -de 34.690 millones-, situándose un 25% por encima de la misma. Desde que la firma aceleró la reducción del endeudamiento -algo que el mercado le venía pidiendo insistentemente- su enterprise value (suma de deuda y capitalización ) ha adelgazado sustancialmente. Al concluir el segundo semestre de 2018 el valor de la empresa sumaba 95.700 millones, frente a los 78.000 millones actuales. Con todo, Telefónica todavía no tiene decidido si se va a realizar un Día del Inversor como se ha venido publicando.
El último obstáculo que se ha encontrado Telefónica en su camino bursátil ha sido un duro informe de JP Morgan, en el que situaba su precio objetivo en los 6,2 euros -un 8,7% por debajo de su cotización actual-, le rebaja su recomendación a vender y advertía de que la compañía «podría estar quedándose sin opciones» para reducir deuda. Desde el banco creen que las únicas formas de desapalancarse de manera sustancial sería «una venta o salida a bolsa de O2» o «una suspensión del dividendo».
Además de un sector que atraviesa un momento complicado -las telecos europeas se dejan un 15% en 2018-, los problemas se le han ido acumulando a la española. A las dificultades que ha afrontado la firma en Reino Unido a raíz del veto a la venta de O2 a Hutchison y el posterior Brexit, en los últimos meses se ha unido la debilidad de las economías y divisas latinoamericanas, región en la que obtuvo el 52,5% de su cifra de negocio en la primera mitad del año. Esto ha provocado que las estimaciones de beneficio para 2018 y 2019 se hayan reducido un 13 y un 15%, respectivamente, durante los últimos 12 meses.
En opinión de algunos analistas todavía se podrían ver descensos adicionales en las previsiones. «Probablemente aún falta algún ajuste a la baja de estimaciones, primero se golpea a la acción y luego se miran los números», advierte Javier Mielgo, analista de Mirabaud, si bien reconoce que «en estos niveles de cotización me cuesta verla mucho más abajo». «En Latinoamérica está siendo un annus horribilis por el tipo de cambio. Nos hemos ido acostumbrando al desolador panorama en las distintas geografías, pero la primera mitad del año ha sido particularmente dolorosa», apuntan en Bernstein.
El consenso le da un consejo de mantener y le otorga un potencial del 40%, con un precio objetivo de 9,35 euros. Sin embargo, algunos expertos desconfían de la compañía, pese a reconocer que cotiza en múltiplos atractivos: «Se está convirtiendo en lo que se conoce en el argot como una value trap. Está barata, pero no vas a sacar gran rentabilidad, porque le falta algún catalizador», apunta un analista que prefiere no ser citado.
Amadeus, cuarta firma del Ibex
Mientras varias de las grandes compañías del Ibex atraviesan un año 2018 enormemente complicado, Amadeus es la cara más amable. Sus títulos acumulan una subida del 32%, lo que les convierte en los más alcistas del índice en lo que va de año. Esta escalada y la caída de firmas como BBVA y Telefónica permiten a la tecnológica situarse como la cuarta empresa del selectivo por capitalización bursátil. Mientras, la subida del miércoles consolida a Inditex como el mayor valor del índice selectivo, con cerca de 83.000 millones.
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