El ascenso meteórico del S&P 500, que ronda los 6.000 puntos y acumula un impresionante 27% de revalorización en lo que va del año (como casi todos los índices mundiales, salvo alguna excepción), es motivo de entusiasmo, pero también de cautela. La victoria de Donald Trump ha encendido las expectativas de crecimiento económico gracias a promesas de rebajas fiscales y otras medidas promercado. Sin embargo, la historia de los mercados financieros sugiere que después de períodos de euforia como este, suelen sobrevenir fuertes correcciones.
El paralelismo con otros momentos históricos es inevitable. Desde 1927 hasta la burbuja tecnológica de finales de los noventa, los mercados han mostrado una tendencia a repetir patrones, como si la exuberancia de los inversores alimentara ciclos de auge y caída. Tres de las últimas cuatro ocasiones en las que el S&P 500 encadenó dos años consecutivos de subidas superiores al 20% terminaron en correcciones severas. Sin embargo, el caso de los años noventa rompe este molde. Durante aquel período, los mercados disfrutaron de un lustro de ganancias excepcionales antes de que la burbuja tecnológica estallara. Los estrategas optimistas, como los de Deutsche Bank, ven en la actualidad un paralelismo con esa era dorada, pronosticando un ascenso del S&P 500 a 7.000 puntos para 2025.
Pero, ¿está justificada esta confianza?
La respuesta puede residir en dos variables que resultan clave: las políticas económicas de Trump y la evolución de los tipos de interés. Por un lado, la Administración Trump podría priorizar medidas que estimulen el crecimiento, como recortes fiscales, sobre aquellas más controvertidas, como la imposición de aranceles. Este enfoque promercado podría prolongar el rally. Por otro lado, la rentabilidad de los bonos juega un papel crucial. Según Michael Hartnett, de Bank of America, la caída de los rendimientos de los bonos fue fundamental para sostener el rally de los años noventa, mientras que su aumento estuvo en el centro de correcciones como la de 1929. No obstante, persiste el riesgo de desequilibrios fiscales. Si las políticas de Trump disparan el déficit de Estados Unidos, el país podría enfrentarse a una crisis de deuda. En este sentido, la estabilidad económica a largo plazo dependerá tanto de la moderación política como de la prudencia de los mercados financieros.
Es tentador dejarse llevar por el optimismo y soñar con un nuevo ciclo de crecimiento sostenido. Pero los inversores harían bien en recordar que la euforia desmedida siempre ha sido un terreno fértil para la formación de burbujas. Tal vez el rally actual no termine en un colapso inmediato, pero la prudencia dicta que no hay que subestimar los riesgos de una corrección. En definitiva, mientras el mercado sigue escalando a alturas históricas, la pregunta sigue en el aire: ¿estamos ante un nuevo lustro de gloria como en los años noventa, o estamos repitiendo los errores de 1929? Solo el tiempo lo dirá, pero en los mercados, la memoria histórica es una aliada que los inversores no deberían ignorar.
- El rally de los mercados: ¿auge sostenido o preludio de una corrección? - 6 diciembre, 2024
- Las Mineras de Oro: ¿un tesoro desconocido? - 6 noviembre, 2024
- Análisis técnico de McDonald’s (MCD) - 23 octubre, 2024
Deja una respuesta