Jack Welch, antiguo consejero delegado de General Electric decía que “cuando el porcentaje de cambio interno es inferior al porcentaje de cambio externo, el final está cerca”. Esto explica que en muchas organizaciones la transformación sea una prioridad para adaptarse a los cambios disruptivos. Como ejemplo, podemos citar a Thomas Frey del DaVinci Institute que cree que: “En 2030 la empresa más grande del mundo de internet será una organización del mundo educativo que aún no conocemos”.
Transformar una organización requiere tiempo y tiene muchos riesgos. Hay estudios que muestran que alrededor del 75% de los procesos de cambio fracasan. Por eso, es útil aprender de los casos de éxito. Un método que ha demostrado ser muy efectivo en organizaciones de todo tipo (Google, 3M, Apple, organizaciones no lucrativas, administraciones públicas como ayuntamientos y universidades…) es el del profesor Behnam Tabrizi de Stanford, autor del libro Transformación rápida en 90 días. Seguidamente, resumimos los puntos principales.
Antes de empezar conviene que todo el mundo esté comprometido y, por eso, los líderes tienen que escuchar mucho. También hay que contar con equipos interdisciplinares entrenados para hacer reuniones eficaces. Estos equipos trabajarán sobre cada uno de los temas claves a transformar. El método de Tabrizi se basa en tres fases que se desarrollan en 90 días:
Fase de diagnóstico (30 días): se trata de diagnosticar la organización, megatendencias del sector y buenas prácticas de la competencia. Al final de esta fase se habrán identificado fortalezas y debilidades; y temas que requieren transformación.
Fase de identificación de soluciones innovadoras (30 días): se hacen reuniones de tormenta de ideas y de evaluación de las posibles soluciones. Al final de esta etapa se deciden las medidas que se llevarán a cabo.
Fase de preparación del cambio (30 días): en esta etapa se rediseña el plan de negocio de la empresa y se formula la hoja de ruta del cambio (objetivos, acciones a llevar a cabo, recursos requeridos, indicadores, premios y reconocimientos…).
Y a partir del día 91 se pone en marcha la transformación. Este método ha demostrado que es muy efectivo cuando se consigue que todo el mundo participe y tenga sentimiento de urgencia (se tiene que hacer en tres meses). También es fundamental que se reconozca el esfuerzo de los que han contribuido a la transformación. Y si la organización consigue el éxito soñado y hace un salto adelante, no hay que bajar la guardia puesto que más pronto que tarde habrá que iniciar nuevas transformaciones. Como dice el título del libro de Michael Ende, es una “historia que no se acaba nunca”.
Oriol Amat es catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la UPF, decano de la BSM Universidad Pompeu Fabra y miembro de la Junta del Colegio de Economistas y de ACCID.
Fuente: Patrimonia
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