El SPDR SP500 podría disponerse a efectuar un gran salto si la historia se repite. El índice se ha movido en un estrecho rango los últimos 22 meses, aunque también ha visto una caída del 20%. La última vez que eso ocurrió fue en 2012 y 2013. Algo similar sucedió en 2015 y 2016. En ambas ocasiones el S&P 500 pasó a registrar enormes ganancias durante más de un año.
Hay aún más paralelismos, como la reversión del rendimiento del dividendo del índice y la tasa de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años. Las coincidencias durante estos dos períodos anteriores y el actual son bastante sorprendentes y podrían ser señal de que se avecinan cosas buenas.
El período de 22 meses
Los últimos 22 meses han sido bastante aburridos para el S&P 500 pues el índice se ha mantenido básicamente en un estrecho rango desde el 26 de enero de 2018. Fue entonces cuando registró lo que entonces fueron unos máximos intradía históricos en 2.873. Desde entonces, el S&P 500 ha subido sólo un 4,35% hasta 2.998 hasta el 17 de octubre, y se ha pasado la mayor parte del tiempo por debajo del nivel de 2.873. También registró un enorme descenso del 20% de pico a valle en el cuarto trimestre de 2018.
Algo similar sucedió desde abril de 2011 hasta diciembre de 2012, con un largo período de consolidación de 22 meses. En abril de 2011, el índice se situaba en 1.363, y en diciembre de 2012 había subido a sólo 1.426, con un alza del 4,6%. También experimentó un descenso de alrededor del 20% durante el segundo y tercer trimestre de 2012.
Por si eso no fuera suficiente, la concordancia es más profunda. Durante ese mismo periodo vimos que los tipos de interés también caían bruscamente ante el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años. Fue durante 2012 y 2016 cuando los tipos de interés sobre el rendimiento de los bonos a 10 años cayeron por debajo del rendimiento por dividendo del S&P 500. Lo mismo ha vuelto a suceder en 2019.
El 18º mes y la consolidación de cuatro meses
Lo que es aún más interesante es que durante el 18º mes el índice subió por encima de un nivel importante de resistencia, seguido luego por cuatro meses de consolidación. En el caso de 2012, el S&P 500 subió a un nivel de aproximadamente 1.385 en agosto, manteniéndose los cuatro meses siguientes. En 2016, el repunte se produjo en julio, cuando el índice subió por encima de 2.120, y se mantuvo en ese nivel durante cuatro meses. Ahora, el índice ha subido por encima del nivel de resistencia en torno a 2.875 en junio, y se está manteniendo en ese nivel durante lo que será su cuarto mes al ritmo actual hasta finales de octubre.
El quinto mes
Fue después, en el quinto mes, cuando finalmente se disparó de manera significativa a partir del siguiente movimiento relevante al alza. En 2013 tuvo lugar en enero, y en 2016 en diciembre. En ambos casos, el índice no volvió a mirar atrás, subiendo aproximadamente un 50% y un 37%, respectivamente.
Rendimientos
Por si eso no fuera suficiente, la concordancia es más profunda. Durante ese mismo periodo vimos que los tipos de interés también caían bruscamente ante el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años. Fue durante 2012 y 2016 cuando los tipos de interés sobre el rendimiento de los bonos a 10 años cayeron por debajo del rendimiento por dividendo del S&P 500. Lo mismo ha vuelto a suceder en 2019.
Las similitudes son inquietantes. Pero es el resultado el que podría resultar rentable, demostrando al mismo tiempo que la carrera de los alcistas en el mercado de valores está lejos de terminar. Si la historia se repite, entonces noviembre podría resultar ser el comienzo de la siguiente gran etapa al alza del S&P 500.
Michael Kramer
Un artículo de Investing.com
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