Afirmaba Don Quijote en una discusión con un caminante sobre las normas y usos de los caballeros andantes, que una golondrina no hace verano, significando que de un solo hecho no se puede deducir una regla general. Ahora mismo nos encontramos en una fase alcista en prácticamente todos los mercados mundiales, que nada hace indicar que se vaya a producir una corrección en los mismos. EEUU lleva haciendo máximo tras máximo y la fiesta alcista es incuestionable. Pero los precios, de forma indefectible, se mueven por impulsos y retrocesos, y no cabe duda que es cuestión de tiempo que los mercados desplieguen un nuevo tramo bajista. Quizás para seguir con la borrachera alcista.
Nadie quiere ejercer de adivino o siquiera de adelantado de su tiempo y vaticinar un cambio de ciclo, pero lo que no cabe discusión es que el retroceso ha de llegar en un momento u otro. Y esta afirmación, que per se es de Perogrullo y cuya registro escrito puede ser fiel testigo en el futuro, allá por el año 2050 de un DOW JONES en los 50.000 puntos y esperando la tan manida corrección, del fracaso y la inutilidad de los pronósticos en el análisis técnico y fundamental, encierra el hecho innegable que hemos de poner en algún lugar del gráfico el punto de giro e inicio del retroceso en los precios.
Y he aquí que podemos incorporar a este juego adivinatorio de lectura de posos del café financiero, una serie de elementos, las golondrinas que anticipan el cambio de estación que, convenientemente mezclados por quien realice el augurio, nos conducen a la aparición de la pauta buscada.
Los mercados necesitan purgar los excesos y en la mayoría de las ocasiones el gráfico nos devuelve el cincuenta por ciento del movimiento previo para seguir con posterioridad la senda que llevaba. Y los indicios que tenemos en la pantalla, pueden llevarnos a hablar de corrección bajista, retroceso, cambio de ciclo o como lo queramos denominar según sea nuestro afán de protagonismo, nuestra exposición al mercado o el grado de apalancamiento en una posición.
No hablamos de acabar con el mercado bajista sino de un ajuste en el mismo.
Tenemos un VIX en niveles extremamente bajos, similares a los de los meses previos a las correcciones de 1998 y 2008 (casualidad es que nos acercamos al final de otro período de diez años). Tenemos tensiones geopolíticas que no acaban de resolverse y que se van agravando con el paso de las semanas. Tenemos mercados en máximos pero con serias divergencias y el petróleo manteniéndose fuerte y anunciando recortes en la producción para 2018. Tenemos optimismo en los mercados, con un atisbo de acuerdo de gobierno en Alemania y con un acuerdo en la primera fase de negociación del Brexit con el Reino Unido aceptando una salida blanda de la Unión Europea.
Y no nos olvidemos de que tenemos a China, eterno candidato a perturbar la paz de los mercados.
Tenemos, tenemos, tenemos.
Sea como fuere, tenemos a los osos con hambre, que hace mucho tiempo que desean sacar las garras y vender la piel de los toros. El retroceso ha de venir porque entre otras causas es sano para los mercados. Protejamos, pues, las carteras y preparémonos para el “rally de Navidad”, que a lo mejor entra con marchas “cortas”.
Buen trading
Mario de Angeles
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