Recientemente hemos sabido que Wall Street se ha fijado en los jugadores de póker para contratar nuevos traders. ¿Por qué? Puede que a primera vista nos resulte un poco raro, pero lo cierto es que los aficionados a este juego pueden tener un gran potencial en bolsa. De hecho, Alexios Zervos, Jason Strasser o Erik Seidel ya compaginan ambos mundos y son tanto jugadores de póker como traders. Y es que en el póker tienen que gestionar con rapidez los riesgos, se enfrentan a variables desconocidas y se puede ganar mucho dinero, características que comparte con el mundo de las inversiones.
Una de las principales similitudes es que tanto en bolsa como en los naipes hay que saber gestionar el dinero y el tiempo. A veces no queda más remedio que esperar el movimiento que hacen los demás y analizarlo a conciencia para poder adelantarse al resto y atacar. Para ello, se necesita ser racional y tener auto-control. Grandes beneficios pueden convertirse en grandes pérdidas si no sabemos controlarnos. Si un jugador de póker sabe controlarse, tiene muchos puntos para ser bueno en el mundo del trading.
Del mismo modo, hay que saber asumir los riesgos y contemplar todas las posibilidades. Es precisamente la combinación de ambas posibilidades (ganar o perder) lo que da tanta emoción y adrenalina al póker y al trading. Si se asume esta premisa y aun así se mantiene la confianza en uno mismo se tienen muchas más probabilidades de ganar y disfrutar con el juego.
Obviamente, y como ocurre en muchas otras disciplinas, para ser un experto en la materia es necesario la práctica, la dedicación y el estudio. Nadie es un as jugando a las cartas si no practica mucho. Y lo mismo ocurre en el mundo de las inversiones. La práctica es una de las mejores habilidades necesarias para convertirse en jugador o trader. Además, tanto en bolsa como en el póker hay que ser capaz de sobrevivir en un ecosistema extremadamente competitivo. La experiencia, en este caso, es un valor añadido.
Por último, tanto los traders como los jugadores de póker necesitan ser inteligentes y tener agilidad mental. También deben mostrarse fríos en muchas ocasiones y mantener los pies en el suelo. La disciplina, por supuesto, es clave ya que, como hemos comentado antes, en más de una ocasión tienen que tomar decisiones bajo presión y para no fallar es necesario que cuenten con práctica y experiencia a sus espaldas.
Parece lógico, por tanto, que Wall Street busque nuevos talentos entre los campeones del tapete verde. Los jugadores de póker y los traders tienen un perfil parecido y ambas actividades pueden ser complementarias. En ambos casos el azar juega un papel importante, pero es la estrategia que elige cada uno a la hora de jugar las cartas la que definirá en parte el desenlace. Ambos perfiles saben apostar, no temen perder y, sobre todo, les gusta ganar.
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