En este artículo me adentrare en una práctica que desconocía, como muchos otros, hasta que leí el gran libro de Michael Lewis “Flash Boys: A Wall Street Revolt”.
Pues bien, dentro de la constante evolución y sofisticación de los mercados financieros, liderada siempre por las grandes instituciones financieras, nacieron los llamados “dark pools”, que son, de forma simplificada, bolsas privadas creadas para los inversores institucionales y a las que no tienen acceso los inversores particulares.
Sus orígenes se remontan a los años 80 en EEUU, y se debieron a la necesidad de los “big players” del mercado de crear un punto de encuentro donde poder ejecutar las ordenes englobadas en grandes bloques de sus clientes institucionales sin que ello alterase los precios o diese pistas al resto de intervinientes en el mercado sobre sus movimientos y estrategias; Pero con el paso de los años, su finalidad de “foro de encuentro” solo de grandes inversores se fue desvirtuado hasta incluir en estos las operaciones de todos los clientes de dichas firmas creadoras de estas plataformas y poder así aumentar su liquidez y rentabilidad.
Esta formar de ejecución de las operaciones de forma anónima genera una falta de transparencia utilizada, tal como ya he comentado, para que los precios por los que un inversor institucional vende o compra un gran bloque sean mejores y no fluctúen tanto como los que obtendría si tuviese que dirigir su orden a una bolsa de valores pública.
En Abril de 2014 existían 45 dark pools en EEUU, y su tipología es la siguiente:
– Los establecidos por bróker-dealers> creados por instituciones financieras con esa categorización legal como Credit Suisse (llamado CrossFinder) o Goldman Sachs (llamado Sigma X) para aglutinar las operaciones de todos sus clientes (aunque ellos dijesen que las mismas nunca serán enrutadas de forma directa y sistemática en primer lugar a sus propios dark pools, en detrimento de las bolsas públicas).
– Los establecidos por bolsas publicas> creados por grandes bolsas internacionales como BATS o NYSE Euronext para actuar como agentes secundarios y no como plataformas principales.
– Los establecidos por market makers> creados por operadores de mercado como Getco o Knight y utilizados para operar por cuenta propia.
En Noviembre de 2015 su cuota de mercado llego a ser del 18% del total de las transacciones en el mercado de valores, y la SEC estableció la necesidad de incrementar su regulación (englobándose, técnicamente, dentro de los llamados “sistemas de negociación alternativos”) para ayudar así a los participantes en el mercado a poder realizar decisiones de inversión debidamente informadas dentro de (textualmente) la actual estructura bizantina del mercados de valores.
Respecto a la controversia que generan, solo se les puede achacar la duda del conflicto de intereses, porque la necesidad de alcanzar una determinada masa crítica de operaciones dentro de estas plataformas y así poder tener una liquidez suficiente, es la semilla que derivo en la aparición de dichos conflictos.
Estos conflictos se manifestaron en la forma de prácticas tales como dar acceso a estas plataformas a sus propias mesas de trading propietario, o dar acceso también a firmas de brokerage asociadas al grupo, o dar acceso a las casas de HFT (trading de alta frecuencia), de modo tal que quedaba en entre dicho que los propietarios de los dark pools velaran por los intereses de sus clientes más vulnerables (los retail frente a los traders propietarios, o los institucionales frente a los de alta frecuencia).
Por todo esto, en Enero del presente año, Barclays y Credit Suisse fueron multados por el regulador americano con un total de 154 millones de dólares por haber engañado a sus clientes sobre las condiciones reales de sus dark pools, así como por haber violado otras leyes del mercado de valores. Pero, como colofón, y en un intento por respaldar estas plataformas, en Julio de este año, la FCA (CNMV de Reino Unido) publicó un estudio sobre las mismas en el que aseguraba haber encontrado que “los usuarios de los dark pools celebraban el aumento de la liquidez, la disminución del riesgo de filtraciones sobre la actividad negociadora, y el potencial impacto beneficioso sobre el pricing y los costes que los mismos ofrecen”.
PD: Si le ha parecido interesante el artículo y cree que puede ser beneficioso para ambos que colabore para su empresa u operativa en los mercados, no dude en ponerse en contacto conmigo (alvaro.riveroge@gmail.com).
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