En el último artículo, comentábamos lo siguiente: «(…) la partida está en un punto muerto. Tan posible es que la fase ascendente se extienda como que ceda de nuevo el timón del ciclo a la fase descendente. La próxima semana debería servirnos en bandeja el desenlace a esta situación».
En verdad, pasadas tres sesiones tras la publicación de ese artículo, el Eurostoxx se lanzó en brazos de la fase descendente: el oscilador de confirmación cayó por debajo de cero, certificando que los bajistas habían tomado el control del ciclo.
Es más, unos días antes el índice europeo había mostrado sus intenciones al cerrar por debajo de la línea horizontal situada en 3.053,49, señal temprana de que íbamos a asistir a un cambio en la marea cíclica.
El caso es que, fiel al guión escrito por la onda sinusoidal (aunque llevándose por el camino dos soportes), el Eurostoxx ha seguido adscrito a una secuencia de mínimos decrecientes hasta el cumplimiento del suelo teórico (ST). Ahora está por ver si el selectivo europeo consigue cambiar su rumbo, permitiendo la irrupción en escena de la fase ascendente. Con vistas a ese objetivo, se me antoja imprescindible la superación del máximo marcado el jueves.
Después, empezó a crecer en mi interior la convicción de que me faltaba una pieza para completar el rompecabezas. Esa pieza era el factor tiempo. Gracias al magisterio de W.D. Gann y J.M. Hurst conseguí dotar a mi sistema de coherencia.
Soy editor de www.bolsayciclos.com
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