Santander, Telefónica y Repsol son tres acciones que habitualmente están en el punto de mira del pequeño inversor, debido a que se trata de empresas grandes, conocidas y que supuestamente no pueden hacerlo mal en el largo plazo. Si caen un poco, la ansiedad empieza a hacer acto de presencia porque están «baratas», aunque a veces la lógica es inversa y a la mínima que suben el pensamiento es… «a ver si se va a escapar el tren…»
Si se va perdiendo dinero no pasa absolutamente nada, ya que mientras no se venda no se materializa la pérdida, y además con los dividendos ya vamos recuperando. Es decir, ocurre como en las elecciones generales, da igual el resultado que nunca se reconoce la derrota.
Obviamente, si fuese tan fácil ganar dinero todos iríamos a pedir un crédito al banco y nos haríamos millonarios pero la realidad es otra, y es la que marcan los gráficos ajustados por dividendos.
Lo más destacable en Santander es la gran resistencia de largo plazo en torno a los 7-7,30 euros, nivel que debe superar para entrar en subida libre y pensar en futuras alzas en el precio. Ahora mismo parece que quiere hacer intento de reestructuración en la zona del 61,8% de la subida iniciada en 2012 pero la media de 200 sesiones todavía está en fase descendente y supone una resistencia importante a batir.
Telefónica también tiene su resistencia de largo plazo que en caso de superarla entraría en subida libre, y está en los 14-14,40 euros. Además, está inmersa en un posible primer impulso alcista verde, aunque en este caso la corrección no llegó al 61,8% sino que de momento se alcanzó el nivel del 50%. Media de 200 sesiones descendente constituyendo la 1ª resistencia seria.
En Repsol la resistencia clave se encuentra en niveles muy superiores al actual, debido al gran desplome sufrido durante este año. Actualmente intenta reestructurarse desde la directriz azul que viene funcionando desde 2002, pero falta todavía ver alguna formación de suelo y que la media se gire al alza para empezar a pensar en próximas subidas.
Incluso teniendo en cuenta el efecto de los dividendos (el gráfico está ajustado), todo aquel que haya comprado en 2007 cualquiera de estas acciones estaría perdiendo dinero, por lo que se demuestra que el ser conocidas las empresas no tiene por qué implicar ganancias en el largo plazo. Otras acciones como Viscofán o Amadeus, sin ser tan mediáticas, han visto multiplicado su valor. Lo importante como siempre es lo que marca el gráfico y no las apariencias.
Por último comentar que mi intención al escribir este post no es atacar al que lo hace mal sino aportar mi visión desde un punto de vista profesional para intentar en la medida de lo posible que algún inversor cambie su mentalidad.
Un saludo a tod@s!
Daniel Pernas
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Alberto dice
Estoy totalmente acuerdo con tu forma de opinar un saludo
Daniel Pernas Souto dice
Muchas gracias por el comentario Alberto. Un saludo