Algo tiene el trading de tela de araña…atrae a sus presas ofreciéndoles una imagen de candidez y de sencillez, que termina por convencerlas de que no es posible salir mal parado…Esta es su primera trampa.
Tras haberlas desvalijado por primera vez, utiliza una segunda estrategia consistente en reírse del ego de sus presas, para que furiosas y descontroladas lo intenten de nuevo. Así consigue desvalijarlas de nuevo. Segunda trampa ejecutada.
La presa, ya sin fuerzas y sin confianza alguna, se encomienza en tercera y última ocasión a la “esperanza“, como único argumento para tratar de recobrar lo perdido. Tercera trampa, y estocada de muerte.
Llegados a este punto, existe un grueso de aspirantes a trader que deciden plantarse y reflexionar sobre esa aparente candidez y sencillez, y sobre el hecho de haber caído en trampas tan primitivas como ver atacado su ego y el haberse encomendado a la esperanza. Es una primera evolución y aprendizaje.
Por otro lado, existe otro grueso de personas que ya no quieren saber nada del mercado, y que además, con su orgullo dañado, niegan con vehemencia que nadie en el mundo pueda llegar a ganar dinero con el trading. Lo tan aparentemente sencillo que parecía, al verse improbable, en su mente pasa a ser irrealizable tanto para ellos como para los demás, y de ese modo se sienten confortables, y su dignidad queda salvaguardada.
La aparente sencillez de esta profesión, y sus inexistentes barreras de entrada, se convierten en una trampa que desmotiva a formarse, a tomar práctica, y especialmente, a reflexionar sobre cuáles son las cualidades principales que requiere desarrollarla con éxito.
Porque si la profesión que fuésemos a desarrollar fuese la profesor, por ejemplo, podríamos pensar que debemos tener una vocación de enseñanza, lo que se antoja en generosidad, de hacer descubrir a los demás, ser curiosos para investigar, ser creativos y empáticos para ser capaces de motivar, y con todo esto, plantearnos entrenar estas actitudes.
Sin embargo, cuando un aspirante se acerca al trading, lo primero que hace es leer todo aquello que le quieren vender y hacer creer, sin fomentar una reflexión ni pensamiento crítico sobre cuáles son las cualidades reales que requiere la profesión de trader.
Mi planteamiento se concreta en que es el “conocimiento de uno mismo”, y en su forma final, el conocimiento y gestión de sus conductas, la principal cualidad necesaria para desarrollar el trading con éxito.
Me baso en lo siguiente:
1. Miles de traders pueden formarse mediante cursos y lecturas en las disciplinas del análisis técnico, la gestión monetaria, la gestión del riesgo, etc. y sin embargo no logran ser consistentes.
2. El comportamiento del mercado ya ha sido estudiado por personas muy brillantes en el pasado, y sin embargo, el comportamiento de nosotros mismos no ha sido estudiado y plasmado por nadie (obviamente es imposible que nadie en el pasado estudiase mi mente y mi comportamiento)
3. En le trading conviven “el mercado” (masa de personas), cuyo comportamiento es predecible por primitivo y repetitivo, y el “individuo” (yo como trader), cuyo comportamiento nadie conoce; ni siquiera yo mismo, y por lo tanto sería el objeto de estudio y de entrenamiento.
4. Conocidos el comportamiento de “la masa” y el del “individuo” todo quedaría en manos de la probabilidad.
- Sumando puntos para tratar de ganar, por Jorge Labarta. - 9 febrero, 2016
- La estadística y la probabilidad como base de nuestra confianza, por Jorge Labarta. - 24 enero, 2016
- Trading, profesiones y aprendizaje, por Jorge Labarta - 16 diciembre, 2015
Deja una respuesta