Marc Arcas
Apple e IBM, que hace tres décadas eran rivales irreconciliables en el entonces emergente mercado informático, anunciaron esta semana una alianza para competir juntos en el mercado de la telefonía inteligente, con el objetivo de complementar sus fortalezas para superar las debilidades de cada empresa en distintos ámbitos.
Apple, muy consolidada en la informática de consumo pero con grandes carencias en el mundo de la empresa, trata así de introducirse de lleno en el ámbito de los negocios de la mano de un titán del sector como es IBM, mientras que la compañía neoyorquina encuentra en los dispositivos de Apple una plataforma ideal para ofrecer sus servicios a las empresas.
Por su parte, Microsoft, la gran dominadora del mercado informático en el ámbito empresarial, ve cómo de la noche a la mañana aparece un nuevo competidor para una de sus grandes apuestas de futuro: el control del mercado del móvil en las empresas de la mano de sus tabletas y del sistema operativo Windows Phone.
Además, se trata de un competidor a priori muy serio si se tienen en cuenta las dimensiones de las dos compañías aliadas, y que puede tener un efecto directo sobre las ventas de Windows Phone, ya que de ahora en adelante cuando IBM ofrezca servicios a su gigantesca cartera de clientes, tendrá un incentivo para recomendarles el iPhone y el iPad antes que los productos de Microsoft.
Desde que Satya Nadella asumió el cargo de consejero delegado de Microsoft el 4 de febrero de este año, la empresa con sede en Seattle (Washington) ha redoblado su apuesta en este sentido, con el lanzamiento del paquete de servicios en el móvil para empresas Enterprise Mobility Suite y la mejora de sus servicios en la nube.
Tal es la magnitud de la apuesta conjunta de Apple e IBM, que el propio consejero delegado de Apple y exempleado de IBM, Tim Cook, la calificó de «punto de inflexión» para su compañía, ya que, a su juicio, ambas empresas proveen juntas «un producto para las empresas que ninguna de las dos podía proveer por sí misma y que ninguna otra alianza de compañías puede proveer».
La nueva sociedad llevará a ambas compañías a trabajar juntas en el desarrollo de más de 100 nuevas soluciones para empresas, entre ellas aplicaciones exclusivas para iPhone e iPad, a la vez que IBM desarrollará servicios en la nube optimizados para los sistemas operativos iOS de Apple y, a su vez, los iPhone e iPad que se vendan a las compañías llevarán instalada la plataforma para empresas de IBM MobileFirst.
IBM también proveerá mecanismos de seguridad, herramientas de análisis e integración móvil para los sistemas operativos iOS, y Apple se encargará de ofrecer asistencia técnica a las empresas para las nuevas aplicaciones a través de AppleCare.
«Muchas de las aplicaciones más exitosas fueron desarrolladas para el móvil y no para el ordenador. A su vez, muchos de los productos para empresas empezaron en el ordenador y luego migraron al móvil, pero no están optimizados para él. (…) Para cambiar esto necesitamos la experiencia de la industria que tiene IBM», explicó Cook.
Si la alianza entre ambas empresas da sus frutos y las aplicaciones que éstas lancen para los sistemas operativos iOS resultan exitosas, Microsoft se verá obligada a desarrollar productos similares o mejorados para no quedarse atrás y, además, deberá hacer frente a la cuestión sobre si desarrollarlos sólo para Windows Phone o adaptarlos también para iOS y alcanzar así a todo el mercado.
Además de Microsoft, el otro gran perjudicado por el acuerdo entre Apple e IBM es el fabricante canadiense de teléfonos inteligentes Blackberry, que tras ceder mucho terreno durante los últimos años en el mercado de consumo, ha redirigido y focalizado su estrategia en el sector empresarial.
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