Terminaba mi artículo de hace dos semanas preguntándome si el techo teórico (TT) iba a hacer mella en el Eurostoxx.
En verdad, la onda sinusoidal se ajustó levemente a la derecha, lo cual dio pie a que la fase ascendente durase algo más de lo previsto inicialmente.
Sin embargo, el Eurostoxx no pudo zafarse en ningún momento de la resistencia acomodada entre 3.001,79 y 3.057,70. Entretanto, contábamos con la línea horizontal situada en 2.945,31, nivel cuya rotura a la baja dejaría el paso franco a la fase descendente del ciclo de 40 días.
En la sesión del martes, el índice europeo cotizó por debajo de la citada línea, pero concluyó el día por encima de ésta, en una demostración de la relevancia que atesoraba ese nivel. De todos modos, me adelanté a los acontecimientos ofreciendo el que sería primer objetivo de caída de una hipotética fase descendente (2.897,44-2.853,20).
Al día siguiente, ante la creciente presión vendedora, la línea horizontal terminó capitulando, dejando el camino expedito para que la fase descendente irrumpiese en escena. El Eurostoxx aterrizó enseguida en el primer objetivo de caída.
Al cierre de ayer, la situación ha alcanzado un punto muerto, con el índice europeo todavía dentro de los confines del primer soporte y a la espera de que aparezca un catalizador que le induzca a forjar al menos un rebote de corto plazo. Veremos si el suelo teórico (ST), cumplido ayer, colabora en esa tarea.
Después, empezó a crecer en mi interior la convicción de que me faltaba una pieza para completar el rompecabezas. Esa pieza era el factor tiempo. Gracias al magisterio de W.D. Gann y J.M. Hurst conseguí dotar a mi sistema de coherencia.
Soy editor de www.bolsayciclos.com
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